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Ni el encierro parroquial de Sordo y Álvarez salva a Yolanda Díaz de su enésimo fracaso con la reducción de jornada

Díaz avisa a "las tres derechas" de que tumbar las 37,5 horas les pasará factura entre sus votantes

Hace nueve meses la vicepresidenta segunda del Gobierno aseguró que la reducción de la jornada en España es una medida "que se va a estudiar en las universidades de todo el mundo", deseosa de pasar a la historia como la ministra que consiguió tal hito sin contar con las empresas. Pero no contempló el fracaso. Y es que en su travesía negociadora ha ganado la batalla el afán dictatorial de un ministerio, el de Trabajo, que ha querido salirse con la suya. ¿Cómo? Pasando olímpicamente de los convenios colectivos que ya han conseguido que millones de trabajadores en España trabajen siete horas y media al día. Lo que se traduce en la imposición por ley del número de horas máximas que podemos trabajar.

Sin embargo, Junts, que lleva meses asegurando que no se puede imponer por ley, igual que PP y VOX, han presentado sus enmiendas a la totalidad al texto para devolvérselo al Ejecutivo. Los de Puigdemont a través de su portavoz parlamentaria, Miriam Nogueras, aseguran que esta medida supondrá un aumento del 7% de los costes de los empresarios a los que este gobierno ha querido "demonizar" porque, como ha dicho Díaz en una entrevista en TVE este miércoles, "se están forrando".

Nogueras trata de recordar que "el carnicero que nos corta la carne a nosotros no es el dueño de Mercadona, o que el que nos corta el pelo no es el de L'Oréal, así que máximo respeto a esta gente" que, añade, tendrá que pagar 1.000 euros más por trabajador, frente a los 115 euros de un banco o a los 59 de la Administración Pública por reducir la jornada. "¿Quién paga todo esto? Los trabajadores", siempre los mismos.

La medida estrella de Yolanda Díaz de la legislatura ha caído en saco roto pero con la promesa de que la acabarán implantando: "Hoy perderemos esta votación pero vamos a ganar esta medida. Porque no hay marcha atrás. Cuando la gente quiere que se haga algo, no hay marcha atrás".

Avisa Díaz que el hecho de que Junts, PP y VOX se unan, "les perseguirá" porque el debate de trabajar menos horas se ha ganado en la calle y, advierte, "no les saldrá gratis" entre sus votantes. Y así ha animado a las masas a que se manifiesten frente al Congreso, mientras sus señorías debaten y votan en su interior.

Sainete sindical en la parroquia

Fuera los sindicatos de izquierdas UGT y CCOO han intentado hacer ruido. Por la mañana, sus secretarios generales, Pepe Álvarez y Unai Sordo calentaron motores en la concentración previa en Barcelona. Y eso que, a modo de protesta, pasaron la noche en una parroquia revolucionaria de San Carlos Borromeo en el barrio de Entrevías (Madrid).

Díaz pretende recuperar el acuerdo firmado con los sindicatos para volver a llevar el texto al Consejo de Ministros y después a la Cámara Baja. Pero conscientes de la dilatación de los tiempos, Trabajo quiere desligar del proyecto de ley el derecho a la desconexión y el registro de jornada. La idea es que esto último se apruebe mediante un reglamento, para que la Inspección de Trabajo pueda hacer un control en tiempo real.

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