
En los últimos días recibimos noticias inquietantes sobre la ejecución por parte tribunales extranjeros de laudos contra España por las energías renovables que no solo lesionan nuestra reputación internacional, sino que además pueden conducir a embargos de bienes del Reino de España en el extranjero. Como esta situación es el resultado de una corrupción sistémica y una arbitrariedad regulatoria en el ámbito de las energías renovables, con consecuencias desastrosas para la reputación del España en los mercados financieros internacionales, conviene reflexionar sobre la materia.
Recurrimos a la imagen del "Holandés Errante" (mítico barco fantasma que incapaz de regresar a puerto se ve condenado a navegar eternamente por los océanos); para representar al Reino de España, condenado a vagar por las aguas de los mercados financieros internacionales para evitar que la llegada a puerto (por ejemplo, en los EEUU y en Australia) pueda conducir -como ya ha sucedido- el embargo de sus bienes.
Que este riesgo para los bienes del Reino de España existe se deduce de las noticias recientes que nos dicen, por ejemplo, que el Tribunal de Distrito de Columbia en los EEUU dictó en agosto una nueva sentencia en contra de España por los recortes retroactivos a las energías renovables en el caso Infrared donde condena a pagar 28,2 millones de euros más intereses, lo que eleva la factura a unos 35 millones de euros. También resulta preocupante la notica conocida ayer mismo de que la Corte Federal de Australia dictó el 29 de agosto de 2025 una Sentencia en el caso Blasket Renewable Investments LLC v. Kingdom of Spain, en la que el tribunal reconoció y ordenó la ejecución de varios laudos emitidos por tribunales arbitrales del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) contra España, derivados de las reformas regulatorias que nuestro país adoptó entre 2010 y 2014 en el régimen de apoyo a las energías renovables, superando las indemnizaciones los 400 millones de euros por la supresión o reducción drástica de las primas.
Ante este panorama preocupante, no está de más recordar que el fomento desproporcionado de las energías renovables (eólica y solar) con la obtención de pingües beneficios por empresarios cercanos al poder político y su mezcla desmesurada con la energías estables (hidráulica y nuclear) parece estar en el origen del Gran Apagón del 28 de abril de este mismo año.
En esta situación, también conviene no olvidar los síntomas que, desde hace mucho tiempo, se vienen detectando de un desplazamiento geoestratégico lamentable de España cultivando amistades peligrosas y padeciendo ausencias vergonzantes. En efecto, en los últimos años, España ha sufrido un desplazamiento geoestratégico lamentable desde el grupo de países democráticos occidentales hacia un grupo de países tropicales que ensayan una suerte de "nueva democracia popular" que, como resulta evidente, ni es democracia ni popular sino a lo sumo, populista. En efecto, nuestra nación se ha convertido en líder de un grupo de naciones extraeuropeas que no constituyen democracias consolidadas sino que, en la gran mayoría de los casos, son autocracias ubicadas en climas tropicales que, en ocasiones, han sido identificadas por organismos internacionales como narco-dictaduras. Y todo ello gracias a los buenos -o ¿malos?- oficios de expresidentes y exministros expertos en comercios turbios de influencias.
Alberto J. Tapia Hermida es Catedrático de Derecho Mercantil UCM.
