
La nueva ley del Ministerio de Justicia, que obliga a los dueños de viviendas a negociar con los okupas antes de poder demandarlos por la vía civil, sigue causando estragos entre propietarios y abogados. Se trata de la Ley de Eficiencia del Servicio Público de Justicia que entró en vigor el pasado mes de abril sin hacer mucho ruido, aunque trae de cabeza a los afectados.
Esta nueva norma establece que "será obligatorio acreditar el intento de solución extrajudicial antes de interponer una demanda" civil o mercantil. Los delitos de okupación que no estén tipificados como allanamiento de morada o usurpación forman parte de esta imposición.
Así, desde hace siete meses, las víctimas se están viendo obligadas a ofrecer algún tipo de trato a los delincuentes a través de los Medios Adecuados de Solución de Controversias (MASC). Por ejemplo, un desahucio por falta de pago (inquiokupa) o por precario (cuando el okupa no tiene consentimiento del dueño ni título para estar en el inmueble) tiene que pasar por el MASC, lo que dilata todavía más el proceso de desahucio y favorece al okupa.
Como ya publicamos en Libre Mercado, la indignación de propietarios y abogados con este asunto es total. "¿Qué han hecho mal los dueños de las viviendas? ¿por qué les obligan a gastarse dinero en un mediador?" se preguntaba una abogada en declaraciones a este periódico.
Un delincuente profesional protegido por el MASC
Ahora, el caso con el que se ha encontrado la abogada en Derecho Inmobiliario de AM2 Legal, Marta Martín, es un claro ejemplo de la situación de indefensión a la que se enfrentan los dueños de los pisos debido a normas como estas.
Esta profesional cuenta a Libre Mercado que había interpuesto una demanda de desahucio contra un moroso que debía "casi 8 meses de renta". Para más inri, "se daba la casualidad de que yo a este arrendatario ya le había desahuciado, directamente, en otra ocasión y había colaborado indirectamente para desahuciarle en otras ocasiones". La razón de estos numerosos antecedentes es que se trata de "un señor que forma parte de la mafia de los suecos peruanos, que operan aquí en Barcelona, y que se dedican a alquilar pisos para destinarlos a pisos turísticos ilegales".
Por tanto, la abogada ya conocía al sujeto, "y ya sé por los otros procedimientos que no recoge burofaxes porque es un delincuente", cuenta. Pero se daba la circunstancia de que "nos enteramos que compartía el piso con otra mujer, por lo que pusimos el burofax a nombre de ella, aunque luego en el texto pusimos la oferta vinculante a nombre de los dos. Así dejábamos claro que teníamos intención de cumplir con el MASC" añade.
"Al cabo de un par de días, él nos envió un WhatsApp diciendo que estaba dispuesto a devolver la vivienda, pero siempre y cuando le condonáramos todas las rentas. Yo le dije a mi cliente que no. Yo lo que quería era que pagara, porque ya había pagado en otros casos que yo había llevado contra él" cuenta.
A continuación, llega la sorpresa para esta abogada. "Todo esto lo llevamos al juzgado, y el juzgado nos contesta ¡a los cuatro meses!, que como el burofax no iba dirigido a él, no servía porque no se había cumplido el MASC y no había habido esa voluntad de negociar con él a pesar de aportar los WhatsApp que demuestran que hablamos y la documentación que demuestra que estamos ante un delincuente que hace esto de forma habitual".
"Da alas a los sinvergüenzas"
Por suerte, como la decisión judicial se estaba dilatando tanto, esta abogada decidió convencer a su cliente para condonar las deudas al delincuente y así recuperar las llaves cuanto antes. "Antes de la contestación, como ya estaba tardando mucho en contestarnos el juzgado, le sugerí al cliente aceptar, coger las llaves y condonar la renta. ¡Qué casualidad que habíamos recuperado la posesión el sábado pasado y el lunes me llegó la inadmisión!" relata. Es decir, si el propietario no hubiera perdonado la deuda al moroso y hubiera estado esperando a la justicia, la demanda no habría sido admitida y el delincuente seguiría en su casa.
"Tengo unas ganas tremendas de apelar la resolución, pero no lo voy a hacer porque ya tenemos la casa, pero lo que está pasando con los MASC es indignante. No tienen ningún sentido en el caso de los desahucios en los que se reclaman pagos de rentas" critica Martín. "¿Qué vas a negociar con quien te debe un montón de rentas y no se va ni con agua caliente?" se pregunta.
"Los MASC para lo único que sirven es para dar alas a los incumplidores, a los sinvergüenzas, y para retrasar los procedimientos" sentencia Martín, cuyo cliente, con el disgusto todavía en el cuerpo, "va a vender todo el edificio" que posee y cuyas viviendas destinaba al alquiler. "Se marcha de Cataluña. Dice que aquí es imposible dedicarse al alquiler" lamenta la abogada.


