La situación de las salas de asilo del aeropuerto de Madrid-Barajas no mejora. El hacinamiento va aumentando cada día con la llegada diaria de más y más personas que aterrizan en sus instalaciones utilizando la ruta caliente Casablanca-Madrid. Todo ello pese a que el Ministerio del Interior ha conseguido que AENA facilite más espacio para alojar a estas personas, algunas de las cuales esperan y duermen en espacios comunes del aeropuerto.
La falta de espacio está provocando momentos de tensión entre los propios solicitantes de asilo, que se ven obligados a competir entre ellos por controlar el poco espacio que hay. Es así como, en los últimos días, se han producido enfrentamientos y peleas entre grupos de marroquíes y de senegaleses, las dos nacionalidades que más solicitantes de asilo tiene ahora mismo en el aeródromo madrileño.
Este hecho ha provocado que la Policía Nacional haya decidido desplegar en las últimas horas en el aeropuerto de Madrid-Barajas a efectivos de la Unidad de Intervención Policial (UIP), los conocidos popularmente como antidisturbios, con el objetivo de que mantengan la paz entre los grupos de solicitantes de asilo. Exactamente, se ha enviado un subgrupo, conformado por una quincena de efectivos, mandados por un subinspector.
Interior espera que la situación empiece a aliviarse este mismo lunes, cuando ha comenzado a estar operativa una cuarta sala de asilo, que fue anunciada por el departamento de Fernando Grande Marlaska la pasada semana, y que cuenta con un área de atención a los solicitantes de asilo, comedor, baños y una zona de descanso, en la que el propio Ministerio del Interior ha estado colocando una literas que se han comprado en los últimos días.
Esta nueva sala, que tiene unos 250 metros cuadrados, se une así a las otras tres que estaban operativas. Se trata de las salas que estaban en funcionamiento antes de la crisis actual, la de la Terminal 1 –de casi 800 metros cuadrados– y la de la Terminal 4S (satélite) –de unos 160 metros cuadrados–, en las que se produjeron una doble fuga el fin de semana del 13-14 de enero. Y a la puesta en marcha en plena crisis en la Terminal 2 –de 110 metros cuadrados–.