
Pedro Sánchez tenía un plan para la Conferencia de Presidentes y era situar su propuesta en materia de vivienda como protagonista de la jornada. No lo consiguió. La reunión terminó sin que ésta se llevara ningún titular destacado y también sin ningún tipo de acuerdo. En cambio, estuvo marcada por tres hechos significativos: la petición en cascada por parte de todos los presidentes autonómicos del PP de un adelanto electoral; el abandono momentáneo de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, de la misma cuando el lehendakari, Inmanol Pradales, y el presidente Salvador Illa realizaron sus intervenciones en vasco y en catalán y su encontronazo con la ministra Mónica García.
El choque con la líder de Más Madrid se produjo cuando ésta, a su llegada, quiso darle dos besos a la presidenta en lugar del protocolario apretón de manos. En ese momento, Ayuso se negó puesto que tan solo un día antes su partido había afirmado en la Asamblea que el Ejecutivo madrileño "firmó sentencias de muerte que condenaron a morir indignamente a las personas en las residencias" durante la pandemia. Díaz Ayuso le preguntó a García "si todavía pretendía darle un beso a una asesina", lo que cogió por sorpresa a la titular de Sanidad que replicó con un "¿perdona?", según fuentes de su departamento. Finalmente los servicios de protocolo tuvieron que actuar para que la ministra se apartara y continuara la ronda de saludos.
"Por encima de todo están las reglas mínimas de educación y cortesía", añadieron dichas fuentes. La propia presidenta replicaría después en una rueda de prensa: "Eso no es respeto institucional, eso es hipocresía institucional. Y de hipócritas el mundo está lleno. Creo que no tiene un pase lo que hacen cada día y, por eso, prefiero mantener una distancia. Con habernos dado la mano, como he hecho con la inmensa mayoría de los presidentes o ministros, hubiera sobrado".
Y es que Ayuso defendió que el apretón de manos "es el lenguaje que tiene que preservarse en una relación diplomática, política". En este punto, manifestó que no quiere le dé dos besos una persona que "constantemente" les llama asesinos, "que ayer mismo el Grupo Parlamentario y el partido político que dirige en Madrid dice que nosotros ejecutamos sentencias de muerte, asesinamos ancianos, los dejamos morir", algo que "hacen siempre".
"España no es un país plurinacional"
Pero su gesto más significativo se produjo después, cuando la reunión ya había comenzado. Ayuso abandonó la sala en el momento en que el lehendakari, Imanol Pradales, empezó a hablar en vasco. No volvió hasta que no hubo terminado Salvador Illa, que habló también en catalán. Lo había advertido el día anterior: no usaría pinganillos para comunicarse con el resto de presidentes regionales. Y es que por primera vez el Gobierno de Pedro Sánchez había permitido en la Conferencia de Presidentes el empleo de las lenguas cooficiales, a petición de Cataluña y País Vasco. Una decisión que no convenció a las autonomías del PP y que ha supuesto un gasto de 11.600 euros.
Una vez dentro, y durante su turno de palabra, la presidenta explicó por qué había decidido rechazar la "maniobra del pinganillo", que "se instrumentaliza" y "se utiliza la riqueza de las lenguas regionales para hacernos sentir extranjeros en nuestra propia casa". "Por eso, considero que es un disparate hablar en español en el pasillo durante el café y luego ponerse un pinganillo para tratar aquí los temas de todos los españoles", añadió durante la reunión con sus homólogos.
"Hay que dejarlo claro: España no es un país plurinacional, es una gran nación de siglos y además pocas naciones como la nuestra tienen una lengua común compartida por 600 millones de personas", reivindicó Ayuso a puerta cerrada. "Esta maniobra del pinganillo, en mi opinión, humilla a las propias lenguas regionales porque las reduce simplemente a instrumentos separatistas, a una farsa". Ayuso, que volvió a la sala justo cuando Alfonso Rueda arrancaba su intervención en gallego que luego desarrollaría en español, subrayó que respeta y ve bien que "todos los presidentes autonómicos den su bienvenida, hablen un poco y cierren en sus lenguas cooficiales", pero defendió que el idioma no puede servir para dividir. "Considero que el catalán y que su literatura, por ejemplo, no se merecen esto. Pienso que el catalán siempre ha gozado de las mejores formas, pero el nacionalismo no, y creo que lo cortés es que, si alguien viene a tu casa, hagas por entenderte". "Insisto que Cataluña es España y quiero recordarle que el español es la lengua oficial del Estado y, por tanto, esto me parece un esperpento más propio de lo que está minando nuestra vida pública y privada en estos años".

Ayuso reivindica su "libertad" dentro del PP
Este gesto provocó el enfado del Gobierno vasco fundamentalmente y la reacción indignada de varios políticos catalanes, muchos de los cuales la expresaron a través de las redes sociales utilizando el español para ello. Ningún presidente del PP secundó a la madrileña, a pesar de mostrar su acuerdo con el fondo de la cuestión. Esto último fue el asunto por el que la prensa interrogó exhaustivamente a la presidenta tras la reunión.
"Tengo libertad, ¿no?, para manifestar desde mi posición como presidente autonómico aquello que no me parece bien. Insisto, no me parece bien estar hablando con la misma persona en un pasillo en español y pasar puertas adentro y mostrar que somos plurinaciones cuando no lo somos. Y se están utilizando las lenguas cooficiales para mostrar una España plurinacional que no existe, puesto que España es una nación y, sobre todo, tiene un idioma que, por cierto, ya podía ser defendido por el Gobierno en las instituciones europeas". En este punto pidió trasladar a Europa que el español sea la tercera lengua oficial de la UE. "Esta es la decisión que yo tomo como presidenta autonómica y creo que tengo libertad para hacerlo, del mismo modo que otros presidentes tienen libertad para hacer lo que consideren", intentó zanjar
Pero las preguntas sobre sus diferencias con el resto de barones populares continuaron. "Como presidente autonómico tengo libertad para manifestarme", insistió Ayuso. Hubo una tercera en el mismo sentido. "No necesito hacer sainetes con nadie, del mismo modo que ningún presidente autonómico me ha pedido permiso para hablar en valenciano, para hablar en mallorquín o hacerlo en gallego. Me parece bien que cada uno hable y se exprese como uno considera. (…) Yo pido libertad para manifestar que a mí esto no me gusta. Cada uno, los ciudadanos, como digo, el domingo se pueden manifestar en la calle o cada uno de ustedes se pueden manifestar a través de sus redes sociales o de su trabajo. Yo lo hago a través del mío, que es como político, a través de un micrófono y de unos gestos como estos en los que yo no pido que se me secunde, yo solamente pido, por lo menos, libertad para ser coherente", zanjó.
La presidenta insistió en el sinsentido de tener que utilizar la barrera de un pinganillo en una reunión en la que todos comparten una lengua común y en la que se aspira a llegar a entendimientos sobre las cuestiones que se ponen sobre la mesa. "¿Por qué no lo hablamos en el idioma común? Es que tener que hacerlo a través de un traductor cuando hablamos todos perfectamente español, pues me parece lo que me parece. Ahora, ¿estoy en contra de las lenguas cooficiales? En absoluto. ¿Son parte de la riqueza cultural de España? Desde luego. Así que eso no lo he criticado. Yo lo que defiendo es que hablemos en español en Cataluña también y que si todos nos entendemos en español pues que lo hagamos".
Los temas que planteó en la Conferencia
A puerta cerrada, la presidenta rechazó la condonación de la deuda a Cataluña. "El cupo catalán no cabe en la Constitución, aunque ahora todo es posible. Ahora ya se sabe que todo lo que no está prohibido expresamente pues pa´lante’", expuso durante su intervención. También denunció la persecución de la Justicia a través del Gobierno con campañas de desprestigio contra los jueces. Y defendió la energía nuclear en convivencia con las renovables. En este punto, lamentó que ha pasado más de un mes del apagón y todavía no se han comunicado los motivos, que "se siguen ocultando". "Pero a ojos del mundo, España se ha ido a negro", advirtió.
También tuvo tiempo para criticar el enfrentamiento entre la universidad pública y privada que ha emprendido el Gobierno de Sánchez. "Lo mejor para la universidad pública no es atacar a la privada de una manera inmisericorde, como está pasando públicamente, sino arreglar los problemas que tiene la pública, que son muchos".
Y es que Sánchez, además de plantear su acuerdo estatal en vivienda, lanzó un plan "para orden y control de la oferta de centros privados de FP que están proliferando en nuestro país". Como ya sucedió con las universidades, el Ejecutivo los pone en su punto de mira e instó a los presidentes a crear un modelo integrado de autorización y supervisión de estos centros privados de Formación Profesional.
Ayuso criticó, asimismo, la "inhumana" gestión de la inmigración. "Están dinamitando la convivencia en muchas regiones y especialmente en muchos pueblos de España" dijo. Y "está costando vidas. Nos estamos convirtiendo como país en cómplice de mafias que operan en el mar y en los aeropuertos, mientras no se ponen soluciones en el origen, que es donde tiene que ser". La presidenta planteó que "España no se puede convertir en un corredor humano y tampoco se puede permitir que se repartan vidas por las regiones a criterio político, a convenencia de las urnas, a conveniencia de lo mismo de siempre".
Después de escucharlos a todos, Sánchez concluyó la reunión señalando que "no hay consenso para acuerdos" en ninguno de los puntos del orden del día, ni siquiera en vivienda, y, por tanto, "ninguna propuesta puede aprobarse".
"Sánchez veta todos los acuerdos propuestos por la Comunidad de Madrid y el resto de regiones gobernadas por el PP. Se confirma que sólo quería una foto. Por tanto, salimos de la Conferencia de Presidentes como entramos, sin ningún acuerdo y sin ningún compromiso del Gobierno para revisar la financiación autonómica, mejorar los servicios públicos o para devolver a España a la normalidad institucional, tras sus ataques a la separación de poderes y a la Constitución", lamentó el consejero madrileño de Presidencia, Justicia y Administración Local, Miguel Ángel García, que acompañó a Ayuso a la cita.
Sánchez VETA todos los acuerdos propuestos por la Comunidad de Madrid y el resto de regiones gobernadas por el PP. Se confirma que sólo quería una foto.
Por tanto, salimos de la Conferencia de Presidentes como entramos, sin ningún acuerdo y sin ningún compromiso del Gobierno… pic.twitter.com/QUojBYic3Y
— Miguel Ángel García Martín (@MA_GarciaMartin) June 6, 2025
"Hoy ha quedado claro que la legislatura está agotada y que Sánchez sólo busca ganar tiempo para tapar los casos de corrupción y las prácticas mafiosas que estamos conociendo", concluyó.

