L D (EFE)
El objetivo de Aznar durante la recién estrenada Conferencia Intergubernamental es recuperar el consenso y evitar que la futura Constitución europea rompa los equilibrios institucionales de la UE logrados en el Tratado de Niza. El presidente insiste en que la Convención no tenía mandato para modificar el proyecto de Carta Magna de la UE y niega que se sienta aislado.
Durante su intervención en la apertura de la Conferencia Intergubernamental de la UE, Aznar expresó su rechazo a la reforma del sistema de voto del Consejo prevista en el borrador de Constitución. Aznar consideró "especialmente grave" este cambio institucional y se mostró partidario de mantener intacto el sistema previsto en el Tratado de Niza, que, según recordó, es un acuerdo específicamente acordado para la Europa ampliada.
En este sentido, precisó que la ampliación se ha acordado y ha sido aprobada por referéndum en los diez futuros socios, tomando como base el Tratado de Niza, por lo que España, que es "partidaria de la estabilidad", vería con preocupación este cambio tan sustancial. El borrador de Tratado Constitucional previsto por la Convención elimina el sistema de voto pactado en Niza en 2000, y lo sustituye por un sistema de doble mayoría, en virtud del cual, las decisiones serían adoptadas cuando las respaldasen más del 50 por ciento de los Estados, y éstos representasen a más del 60 por ciento de la población. España, al igual que Polonia, perdería parte de la capacidad de bloqueo que le garantiza Niza.
Aznar, que intervino en cuarto lugar en la ronda de Jefes de Estado y de Gobierno, alabó no obstante el trabajo de la Convención y destacó particularmente el reconocimiento de la doble legitimidad que los Estados y los ciudadanos otorgan a la UE; la inclusión en el articulado de la Carta de Derechos Fundamentales; y el refuerzo de las competencias europeas en Justicia e Interior.
Reservas de España, Reino Unido y Polonia
Poco antes, el primer ministro italiano y actual presidente del Consejo realizaba una firme defensa del proyecto de Constitución para la UE presentado por la Convención sobre el Futuro de Europa, en su discurso de apertura de la CIG en Roma. "Hay un acuerdo unánime en que la Convención ha hecho un buen trabajo. El borrador ofrece una clara arquitectura institucional para la Unión, basada en el doble consenso de los Estados y los ciudadanos europeos", dijo Berlusconi.
La CIG debe definir en los próximos meses la redacción definitiva del Tratado Constitucional de la Unión. Los socios fundadores de la UE —Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo— defienden hacer los mínimos cambios posibles al borrador, mientras que España, Polonia, Reino Unido y gran parte de los países candidatos tienen reservas importantes.
Durante su intervención en la apertura de la Conferencia Intergubernamental de la UE, Aznar expresó su rechazo a la reforma del sistema de voto del Consejo prevista en el borrador de Constitución. Aznar consideró "especialmente grave" este cambio institucional y se mostró partidario de mantener intacto el sistema previsto en el Tratado de Niza, que, según recordó, es un acuerdo específicamente acordado para la Europa ampliada.
En este sentido, precisó que la ampliación se ha acordado y ha sido aprobada por referéndum en los diez futuros socios, tomando como base el Tratado de Niza, por lo que España, que es "partidaria de la estabilidad", vería con preocupación este cambio tan sustancial. El borrador de Tratado Constitucional previsto por la Convención elimina el sistema de voto pactado en Niza en 2000, y lo sustituye por un sistema de doble mayoría, en virtud del cual, las decisiones serían adoptadas cuando las respaldasen más del 50 por ciento de los Estados, y éstos representasen a más del 60 por ciento de la población. España, al igual que Polonia, perdería parte de la capacidad de bloqueo que le garantiza Niza.
Aznar, que intervino en cuarto lugar en la ronda de Jefes de Estado y de Gobierno, alabó no obstante el trabajo de la Convención y destacó particularmente el reconocimiento de la doble legitimidad que los Estados y los ciudadanos otorgan a la UE; la inclusión en el articulado de la Carta de Derechos Fundamentales; y el refuerzo de las competencias europeas en Justicia e Interior.
Reservas de España, Reino Unido y Polonia
Poco antes, el primer ministro italiano y actual presidente del Consejo realizaba una firme defensa del proyecto de Constitución para la UE presentado por la Convención sobre el Futuro de Europa, en su discurso de apertura de la CIG en Roma. "Hay un acuerdo unánime en que la Convención ha hecho un buen trabajo. El borrador ofrece una clara arquitectura institucional para la Unión, basada en el doble consenso de los Estados y los ciudadanos europeos", dijo Berlusconi.
La CIG debe definir en los próximos meses la redacción definitiva del Tratado Constitucional de la Unión. Los socios fundadores de la UE —Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo— defienden hacer los mínimos cambios posibles al borrador, mientras que España, Polonia, Reino Unido y gran parte de los países candidatos tienen reservas importantes.