LD (Agencias)
Las injerencias del presidente tuvieron que ser frenadas por el Instituto Federal Electoral (IFE), un organismo autónomo encargado de velar por la limpieza de los comicios, que reforzó su autoridad en el proceso. El gubernamental Partido de Acción Nacional (PAN) hizo coincidir el miércoles el cierre de su campaña con las celebraciones conmemorativas de los tres años de Fox en el Gobierno, en un acto multitudinario celebrado en la capital mexicana.
Fox, que no acudió al evento, mantuvo horas antes una reunión con su Gabinete en la residencia presidencial de Los Pinos, en la que felicitó a su equipo de ministros por los logros conseguidos. "El triunfo del 2 de julio (de 2000) significó la oportunidad histórica de vivir en un México mejor, más libre, más abierto, más plural, más participativo y con los mismos derechos. Aquí también hay buenas cuentas que rendir", declaró. El mandatario aprovechó la fecha para afirmar que todos los partidos han tenido la oportunidad de concurrir a las elecciones legislativas en condiciones de equidad.
Por su parte, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) celebró mítines en el Distrito Federal, Jalisco y Colima, en los que denunció que la campaña había tenido un claro protagonista: el Presidente de la República. "Fox ha obtenido una calificación reprobatoria, los mexicanos han reprobado el Gobierno del presidente de México", aseguró el presidente del PRI, Roberto Madrazo, quien confía en que su grupo logre una mayoría que le permita ganar presencia en el Congreso.
El tercer partido en discordia, el de la Revolución Democrática (PRD), puso fin a la campaña después de celebrar un multitudinario acto de clausura el pasado domingo en el Zócalo de la capital mexicana, donde gobierna. Para el analista político José Antonio Crespo, la campaña en general "fue un bombardeo de spots sin propuestas, salvo excepciones", y estuvo dominada por "estribillos" y "frases efectistas" más que por propuestas concretas. Sin apenas definir ni presentar a sus candidatos, los partidos se enzarzaron en "una guerra de lodo" con cruces de acusaciones y denuncias entre unos grupos y otros.
Fox, que no acudió al evento, mantuvo horas antes una reunión con su Gabinete en la residencia presidencial de Los Pinos, en la que felicitó a su equipo de ministros por los logros conseguidos. "El triunfo del 2 de julio (de 2000) significó la oportunidad histórica de vivir en un México mejor, más libre, más abierto, más plural, más participativo y con los mismos derechos. Aquí también hay buenas cuentas que rendir", declaró. El mandatario aprovechó la fecha para afirmar que todos los partidos han tenido la oportunidad de concurrir a las elecciones legislativas en condiciones de equidad.
Por su parte, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) celebró mítines en el Distrito Federal, Jalisco y Colima, en los que denunció que la campaña había tenido un claro protagonista: el Presidente de la República. "Fox ha obtenido una calificación reprobatoria, los mexicanos han reprobado el Gobierno del presidente de México", aseguró el presidente del PRI, Roberto Madrazo, quien confía en que su grupo logre una mayoría que le permita ganar presencia en el Congreso.
El tercer partido en discordia, el de la Revolución Democrática (PRD), puso fin a la campaña después de celebrar un multitudinario acto de clausura el pasado domingo en el Zócalo de la capital mexicana, donde gobierna. Para el analista político José Antonio Crespo, la campaña en general "fue un bombardeo de spots sin propuestas, salvo excepciones", y estuvo dominada por "estribillos" y "frases efectistas" más que por propuestas concretas. Sin apenas definir ni presentar a sus candidatos, los partidos se enzarzaron en "una guerra de lodo" con cruces de acusaciones y denuncias entre unos grupos y otros.
