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INFORME: Los intereses petroleros del Gobierno ruso en Irak

La empresa Lukoil, que está participada por el Gobierno ruso en más de un 15 por ciento a través de diferentes sociedades estatales firmó con Irak en 1997 un acuerdo de 20.000 millones de dólares para extraer 5.000 millones de barriles de los yacimientos de Qurna, al oeste de Irak. Irak habría prometido doblar este contrato si Rusia se opone a la guerra.

(Libertad Digital) La empresa Lukoil, que está participada por el Gobierno ruso en más de un 15 por ciento a través de diferentes sociedades estatales y cuenta entre sus socios extranjeros con British Petroleum, Royal Dutch Shell, Agip y Conoco, firmó con Irak en 1997 un acuerdo de 20.000 millones de dólares para extraer 5.000 millones de barriles de los yacimientos de Qurna, al oeste del país. Las acciones de dicha compañía ha subido un 71 por ciento en los mercados internacionales desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. Además, Lukoil compró una red de 1.300 gasolineras en EEUU, lo que representa el 4 por ciento de las ventas totales de combustible en ese país. Sin embargo, Lukoil no ha podido abrir ni un solo pozo a causa del embargo de Naciones Unidas.

Según informó la revista estadounidense Business Week en febrero, el Gobierno de EEUU se habría comprometido con el Ejecutivo ruso a respetar los contratos firmados con el régimen de Bagdad tras el más que previsible ataque a Irak. No obstante, la oposición iraquí en el exilio ha asegurado que no respetará ninguno de los contratos firmados por Sadam Husein, por lo que la decisión rusa en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU podría estar definida por el miedo a perder este contrato, más los del mafioso Fridman, con la salida del poder de Sadam Husein. Por si fuera poco, el dictador iraquí habría comunicado a Moscú que doblará su contrato con Lukoil si Rusia se opone al ataque estadounidense. Asimismo, según la revista, Washington también respetaría los contratos de extracción que tienen otras dos empresas, la francesa Totalfina-Elf y la Compañía Nacional China de Petróleo. Se supone que, por su parte, el dictador iraquí también habrá hecho una contraoferta a Francia y China , que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y tienen derecho a veto, como Rusia.

Las reservas de crudo iraquí ascienden a 112,5 millones de barriles de crudo, el 11 por ciento de la producción mundial, aunque fuentes del Ministerio de Energía de Irak estiman que la cifra alcanzará los 400 millones de barriles cuando se exploren todas las regiones, convirtiéndose en la zona del mundo con mayores reservas, por delante incluso de Arabia Saudí.

El mafioso Fridman y el programa Petróleo por alimentos

Mijail Fridman es el presidente del Grupo Alfa, un consorcio ruso nacido a la sombra de las concesiones estatales a precio de ganga que se produjeron durante la presidencia de Boris Yeltsin. Con menos de cuarenta años, Fridman es la octava fortuna del mundo, según la revista estadounidense Fortune . A la sombra del gobierno de Vladimir Putin, sucesor de Yeltsin, el mafioso Fridman, que comenzó a hacer negocios revendiendo las entradas del teatro Bolshoi y comprando a los policías para pagar su silencio, ha seguido haciendo grandes negocios, casi nunca transparentes y siempre plagados de comisionistas. Entre otros, la venta de gasóleo de baja calidad a países poco escrupulosos, transportándolo hasta Gibraltar –donde tiene oficina– en bañeras flotantes como el “Prestige” , que provocó la mayor catástrofe ecológica de la historia de España hace tres meses al hundirse frente a las costas de Galicia.

La empresa de Fridman controla el principal banco ruso (Alfa Bank), pero su fuerte está en el mercado de las materias primas. Cuenta con importantes yacimientos petroleros en Siberia, así como con la enorme reserva de gas natural de Kovitka (Siberia Oriental), un emplazamiento ideal para abastecer al mercado chino. Apenas hace dos días, la multinacional británica British Petroleum anunciaba la firma de un contrato de asociación con la corporación rusa TNK, cuyo principal accionista es Alfa Group . El nuevo gigante del petróleo, que todavía no tiene nombre, está valorado en 18.100 millones de dólares. La británica BP ha gastado 6.750 millones de dólares en la operación. El consorcio resultante está entre las diez compañías petroleras más importantes del mundo, en igualdad con Exxon-Mobil y Royal Dutch Shell, los dos líderes mundiales en reservas de hidrocarburos.

Otro gran negocio para el influyente Fridman

El pasado 11 de octubre de 2002, Alfa-Eco, la otra gran filial petrolera controlada por Alfa Group, firmó uno de los mayores contratos de petróleo iraquí acogido al programa de la ONU “Petróleo por Alimentos”, según la propia página web de Alfa Group. Alfa-Eco fue uno de los tradicionales compradores de petróleo iraquí cuando ello fue posible, pero el programa “Petróleo por Alimentos”, aprobado en 1995, le impidió seguir abasteciéndose allí. Desde esa fecha, el Gobierno ruso se convirtió en intermediario de Alfa-Eco ante la ONU, presionando políticamente para que la empresa pudiera volver al lucrativo negocio del petróleo iraquí. Finalmente, en octubre del año pasado logró su objetivo y Alfa-Eco se hizo con uno de los contratos más importantes en el programa “Petróleo por Alimentos” desde que se iniciara en 1995. La empresa de Mijail Fridman tiene derecho a exportar 20 millones de barriles de crudo en seis meses.

A finales de septiembre del año pasado, el diario The Wall Street Journal publicó que la Organización de Naciones Unidas cobra más de un 2 por ciento en concepto de comisión por la gestión de los fondos del programa “Petróleo por Alimentos”, lo que permite a la ONU manejar tres veces más que su presupuesto anual desde 1996, cuando se inició la aplicación de dicho programa. Pero además de las comisiones “oficiales”, es más que posible que el gran negocio del petróleo también haga circular comisiones ocultas por los pasillos del palacio acristalado de Nueva York, una forma de negociar que Mijail Fridman parece conocer muy bien. De hecho, las ventas del crudo iraquí deben ser muy complicadas, porque de ellas se ocupan 900 funcionarios en Naciones Unidas y otros 3.000 dentro de las fronteras iraquíes. Para The Wall Street Journal , el control de unos fondos tan importantes podría impedir que la ONU mire con buenos ojos el plan estadounidense para atacar a Irak.

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