L D (EFE) Unas negociaciones que tienen de plazo hasta este martes a las 18.00 locales (17.00 GMT), cuando tanto la derecha como la oposición de izquierdas, que ha sacado más de seis puntos a sus adversarios, tendrán que depositar las eventuales listas comunes.
Pese a los llamamientos a la unión lanzados por los principales líderes conservadores, el objetivo no parece tan sencillo sobre el terreno, donde las negociaciones tropiezan con escollos. Los problemas se plantean en algunas regiones donde la mayoría "chiraquiana" se niega a pactar con los correligionarios de Francois Bayrou, quien, pese a haber perdido su apuesta personal de aventajar al candidato de la UMP en Aquitania, ha logrado romper el sueño de partido único imaginado en 2002 por el presidente Jacques Chirac.
La UMP consiguió una media de 23,3% de los votos y la UDF un 11,9% en las regiones donde presentaban listas separadas. Se trata de un éxito para Bayrou, cuyo partido sufrió una sangría cuando muchos de sus militantes abandonaron sus filas para integrase en el gran conglomerado de la UMP, que nació en otoño de 2002, un tanto a imagen y semejanza del Partido Popular (PP) español.
Si la tendencia se confirma el domingo próximo, como dicen las encuestas, se invertirá el mapa actual, donde 14 regiones estaban gobernadas por la derecha frente a ocho por la izquierda. Lo importante ahora es concentrar sus fuerzas, advirtió este lunes el secretario general socialista para las elecciones, Bruno Leroux, quien aseguró que "habrá fusión" de listas en todos los sitios donde la izquierda ya ha ido unida en la primera vuelta. "Las fusiones son difíciles", pero "no imposibles", indicó Leroux, y dijo que se llevan a cabo a doble banda en las regiones y a nivel de las direcciones socialistas, comunistas y Verdes.
Pese a los llamamientos a la unión lanzados por los principales líderes conservadores, el objetivo no parece tan sencillo sobre el terreno, donde las negociaciones tropiezan con escollos. Los problemas se plantean en algunas regiones donde la mayoría "chiraquiana" se niega a pactar con los correligionarios de Francois Bayrou, quien, pese a haber perdido su apuesta personal de aventajar al candidato de la UMP en Aquitania, ha logrado romper el sueño de partido único imaginado en 2002 por el presidente Jacques Chirac.
La UMP consiguió una media de 23,3% de los votos y la UDF un 11,9% en las regiones donde presentaban listas separadas. Se trata de un éxito para Bayrou, cuyo partido sufrió una sangría cuando muchos de sus militantes abandonaron sus filas para integrase en el gran conglomerado de la UMP, que nació en otoño de 2002, un tanto a imagen y semejanza del Partido Popular (PP) español.
Si la tendencia se confirma el domingo próximo, como dicen las encuestas, se invertirá el mapa actual, donde 14 regiones estaban gobernadas por la derecha frente a ocho por la izquierda. Lo importante ahora es concentrar sus fuerzas, advirtió este lunes el secretario general socialista para las elecciones, Bruno Leroux, quien aseguró que "habrá fusión" de listas en todos los sitios donde la izquierda ya ha ido unida en la primera vuelta. "Las fusiones son difíciles", pero "no imposibles", indicó Leroux, y dijo que se llevan a cabo a doble banda en las regiones y a nivel de las direcciones socialistas, comunistas y Verdes.
Tras quedar barrida del mapa regional, una parte de la ultraizquierda ha pedido el voto para la izquierda, mientras que el ultraderechista Frente Nacional irá en solitario a la segunda vuelta en 17 regiones en las que ha logrado clasificarse, lo que restará fuerza a los conservadores, quienes han empezado a pedir sin rubor el voto a los electores de Jean-Marie Le Pen.