LD (EFE) Cuatrocientos policías de Tijuana fueron desarmados por soldados que forman parte del operativo contra la mafia y los cárteles de la droga. La operación del Ejército tomó por sorpresa a los agentes que estaban de turno, quienes en protesta se concentraron en la explanada exterior de la alcaldía de una de las ciudades, fronteriza con EEUU, más violentas, y sede del cártel de los hermanos Arellano Félix.
La Policía de Tijuana está integrada por unos dos mil efectivos pero cuatrocientos estaban de turno cuando los soldados se presentaron en oficinas e instalaciones policiales. El alcalde Jorge Hank Rhon informó a la prensa de que él ordenó a los policías dirigirse hacia el edificio municipal "ya que no podía mandar a mis soldados (policías) a la guerra sin armas".
Los militares quitaron a los policías 2.123 armas para someterlas a revisión y determinar si algunas de éstas fueron utilizadas en alguno de los recientes hechos ilícitos cometidos en la región.
Tras el desarme, numerosos elementos policiacos manifestaron su enojo y advirtieron que no patrullarían la ciudad, ya que quedaban a merced del hampa, que en el año pasado asesinó a 33 policías. El fiscal general, Eduardo Medina Mora, dijo en entrevista a una radio que estaba abierta una investigación en contra de policías municipales de Tijuana.
