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El otro congreso: comidas y cenas 'discretas' en las altas esferas del PP

Protagonizaron el otro cónclave, alejado de las cámaras. Políticos de las altas esferas que se reunieron en privado, en paralelo a los actos públicos.

La otra crónica de los cónclaves del PP se cocina al fuego de los mejores restaurantes de donde se celebra la cita. Más aún en Sevilla, habitual de los saraos populares, y en cuyas casas gastronómicas no era difícil encontrarse este fin de semana a algún alto cargo del partido. En sus mesas se escribió buena parte de la historia de un congreso convertido en paseo militar para un Mariano Rajoy con más poder, en todos lo sentidos, que nunca.

Precisamente, el presidente protagonizó uno de esos encuentros con miga. La comida de la reconciliación, según una de las partes, a la que invitó a Javier Arenas y a María Dolores de Cospedal, en batalla interna por la confección del organigrama interno. Rajoy, consciente de la situación, decidió que también compartieran mesa y mantel sus respectivas parejas, incluida su mujer, Elvira Férnández -Viri-. Esto propició un ambiente mucho más cálido, a tan sólo unas horas de desvelar el Comité Ejecutivo. Entonces, las cartas ya estaban echadas, y lo que hizo el jefe del Gobierno fue exponer por qué cree que el elegido era el mejor equipo. Pero de forma campechana, tranquila, con los cónyuges también participando en la charla.

En ese mismo restaurante, otros dirigentes protagonizaban sus particulares encuentros, y pudieron observar la fotografía. Como también la de José María Aznar y su mujer, la hoy alcaldesa de Madrid Ana Botella, almorzando con Alberto Ruiz-Gallardón. La relación del expresidente con el ministro, aún con tiranteces concretas, siempre ha sido de aprecio y ha continuado en el tiempo. En la mesa, otros comensales próximos a los protagonistas.

Por la noche, y ya con los nombres de la dirección circulando en todos los medios digitales, uno de los vencedores lo celebraba por todo lo alto. Carlos Floriano, elevado a vicesecretario general, reunía a sus amiguetes del Congreso de los Diputados. Entre los invitados, Ricardo Tarno, Tomás Burgos o Ramón Moreno. Estuvieron hasta bien entrada la noche, y cuentan que el extremeño estaba “pletórico” tras recibir la cartera, ni más ni menos, que de Organización y Electoral, en sustitución de la influyente Ana Mato. Soraya Sáenz de Santamaría se unió posteriormente a la fiesta.

Barones como Antonio Basagoiti o José Ramón Bauzá también disfrutaron de sus propias comidas, en las que participaron miembros de sus respectivas delegaciones, como Iñaki Oyarzábal (premiado con el cargo de secretario sectorial de Justicia, Derechos y Libertades), Borja Sémper o el flamante portavoz del Grupo Popular, Alfonso Alonso, en el caso del primero.

“Tanto disfrute ha habido que alguno todavía no ha llegado”, ironizaba Arenas, el domingo en la clausura, al comprobar que decenas de sillas del auditorio aún estaban vacías cuando él tomaba la palabra. Quien ya ocupaba su sitio era Esteban González Pons, quien vio rebajado su poder interno con la vicesecretaría de Estudios y Programas. Los suyos admiten que “esperaba más” y que “ha vuelto a ser un mazazo”. No estuvo para celebraciones; de hecho, llegó tarde a la votación de Rajoy, pero finalmente le dejaron introducir la papeleta.

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