La portavoz del Gobierno vasco, Idoia Mendia, ha señalado que la invitación a la preso etarra Carmen Gisasola para participar en el Congreso sobre Memoria y Convivencia ha sido cursada y no le consta que haya sido retirada, aunque ha precisado que su asistencia es una cuestión que depende de "los jueces de vigilancia penitenciaria". Asimismo, ha instado a "dejar las polémicas aparte y, sobre todo, en estas cuestiones".
En una entrevista concedida a ETB, recogida por Europa Press, la portavoz del Ejecutivo autonómico ha asegurado que el "ánimo" del Ejecutivo en la preparación de este congreso que celebrará en Bilbao desde el día 14 no ha sido el de "generar en absoluto ninguna polémica", sino "tratar de visualizar qué escenarios de convivencia y qué diferentes ideas sobre la convievencia se pueden exponer".
"Por eso se pensó que podía ser interesante invitar a una persona que ha tenido una gran responsablidad en la banda terrorista y que ha andado un camino de camino a su pasado. Desde esa idea de escuchar todos los testimonios fue la invitación", ha explicado.
De cualquier modo, ha indicado que "no es cuestión de buscar culpables", sino de intentar que el congreso "sea un éxito" y ayude a "intercambiar ideas y opiniones". "Hay que dejar las polémicas aparte y, sobre todo, en estas cuestiones", ha defendido.
Tras señalar que si el ministro y el consejero de Interior "no han hablado ya, lo harán en las próximas horas" porque mantienen "una relación de colaboración y cordialidad". Ha indicado también que la invitación a Gisasola está "cursada" y no le consta que se haya retirado. No obstante, ha insistido en que su asistencia no depende del Gobierno, sino que son "los jueces de vigilancia penitenciaria los que conceden los permisos para salir".
El sueño de Gisasola
Esta etarra ha sido una de las más sanguinarias de la banda y en una carta dirigida al entonces jefe de ETA, Francisco Múgica Garmendia alias Pakito, expresaba cuál era uno de sus sueños, tras fallar en su objetivo de asesinar al teniente coronel de la Guardia Civil José Lull Catalá.
En la misiva, de los años 80, la etarra habla de "la acción iba dirigida contra el teniente coronel de la Guardia Civil y su chófer que circulaban en un 1430 negro. Este nos había escapado (sic) ya varías veces. ERA NUESTRO GRAN SUEÑO!!".
Gisasola se manifestaba de esta manera para explicar como el grupo Vizcaya había fallado en varias ocasiones al intentar matar al entonces más alto mando de la Guardia Civil en la provincia José Lull Catalá.
En la carta publicada ahora por ABC, de la que ya se hizo eco Libertad Digital, la etarra acogida ahora a la "vía Nanclares" explicaba el atentado en el que el Llull y su chófer salvaron la vida pero en el que murió Eduardo Vadillo, jefe de ventas de la delegación de la empresa Land Rover Santana en Bilbao. "Cuando colocamos el petardo, hace cuatro meses, teníamos un sitio con buena visibilidad, pero al crecer la maleza y las hojas, ésta se reduce por lo que optamos hacer la acción de la siguiente forma. Uno en el dispositivo y el otro con el coche por la carretera da la señal de que vienen. El compañero que realizó la acción equivocó el techo negro del Talbot -en el viajaba el paisano- con el 1430 que fue adelantado casual y momentáneamente. Como habéis visto, el Talbot fue tocado y el 1430 quedó lleno de barro".