(Libertad Digital) En muchos sectores del no nacionalismo se preguntan hace tiempo cuál es la razón por la que Juan María Atutxa pasó de ser un consejero de Interior firme contra el terrorismo, valiente en sus declaraciones y nítido en sus ataques al complejo ETA-Batasuna, a un Presidente del Parlamento abogado defensor de la izquierda abertzale y del entramado terrorista que no lleve las siglas de la banda.
Este sábado, el presidente del PP en el País Vasco, Carlos Iturgaiz ha refrescado la memoria a muchos indecisos y al propio Atutxa. Y con un sencillo ejercicio de hemeroteca en la base de datos de la Agencia EFE podemos garantizar que tiene razón. El 3 de febrero del año 1992, el entonces consejero de Interior del Gobierno vasco hablaba de ETA y de su entorno en unos términos que ahora ha olvidado. Informaba ante la comisión de Interior del Parlamento de Vitoria sobre una operación desarrollada por la Ertzaintza el 30 de enero. Se desarticuló la infraestructura etarra dedicada a la extorsión de empresarios (exigencia de pago bajo amenaza de muerte).
Las pruebas obtenidas por su policía demostraban según Atutxa “la profunda relación que vincula a la organización ETA con todo el mundo que se ampara bajo las siglas de Herri Batasuna” . Sorprendente. Teniendo en cuenta que ahora hace todo lo posible por evitar la aplicación de la suspensión de Batasuna decretada por Garzón y la Ley de Partidos destinada a ilegalizar al brazo institucional de ETA.
Pero aquello no era todo. En la misma comparecencia añadió: “Estas actuaciones demuestran con total claridad el carácter mafioso de ETA y las significativas coincidencias existentes entre esta red y entidades tan importantes para el mundo de HB como su propia Mesa Nacional, el diario Egunkaria y el sindicato LAB” . Cierto es que el PNV siempre quiso tener un periódico editado íntegramente en euskera y amparado de forma oficial y que les tomaron la delantera. Aún así, desde 1993 colaboraron en su aparición con continuas subvenciones.
Ahora Atutxa prefiere quedarse quieto en su silla mientras los proetarras reparten “Egunero”, sucedáneo de Egunkaria –considerado por el juez como el periódico de ETA– en la Cámara que él preside. Los batasunos insultaban a los socialistas y a los populares. Ahora Atutxa defiende a Batasuna frente a su desaparición legal y frena cualquier intento, auto en mano, de suspender al grupo parlamentario. Aquél periódico que antes era para Atutxa lo mismo que ETA, ahora es subvencionado y defendido hasta el punto de considerar que el cierre es una operación dirigida por La Moncloa para suspender las elecciones municipales provocando crispación, como dice en una de sus habituales intervenciones de fin de semana el líder Arzalluz.
Este sábado, el presidente del PP en el País Vasco, Carlos Iturgaiz ha refrescado la memoria a muchos indecisos y al propio Atutxa. Y con un sencillo ejercicio de hemeroteca en la base de datos de la Agencia EFE podemos garantizar que tiene razón. El 3 de febrero del año 1992, el entonces consejero de Interior del Gobierno vasco hablaba de ETA y de su entorno en unos términos que ahora ha olvidado. Informaba ante la comisión de Interior del Parlamento de Vitoria sobre una operación desarrollada por la Ertzaintza el 30 de enero. Se desarticuló la infraestructura etarra dedicada a la extorsión de empresarios (exigencia de pago bajo amenaza de muerte).
Las pruebas obtenidas por su policía demostraban según Atutxa “la profunda relación que vincula a la organización ETA con todo el mundo que se ampara bajo las siglas de Herri Batasuna” . Sorprendente. Teniendo en cuenta que ahora hace todo lo posible por evitar la aplicación de la suspensión de Batasuna decretada por Garzón y la Ley de Partidos destinada a ilegalizar al brazo institucional de ETA.
Pero aquello no era todo. En la misma comparecencia añadió: “Estas actuaciones demuestran con total claridad el carácter mafioso de ETA y las significativas coincidencias existentes entre esta red y entidades tan importantes para el mundo de HB como su propia Mesa Nacional, el diario Egunkaria y el sindicato LAB” . Cierto es que el PNV siempre quiso tener un periódico editado íntegramente en euskera y amparado de forma oficial y que les tomaron la delantera. Aún así, desde 1993 colaboraron en su aparición con continuas subvenciones.
Ahora Atutxa prefiere quedarse quieto en su silla mientras los proetarras reparten “Egunero”, sucedáneo de Egunkaria –considerado por el juez como el periódico de ETA– en la Cámara que él preside. Los batasunos insultaban a los socialistas y a los populares. Ahora Atutxa defiende a Batasuna frente a su desaparición legal y frena cualquier intento, auto en mano, de suspender al grupo parlamentario. Aquél periódico que antes era para Atutxa lo mismo que ETA, ahora es subvencionado y defendido hasta el punto de considerar que el cierre es una operación dirigida por La Moncloa para suspender las elecciones municipales provocando crispación, como dice en una de sus habituales intervenciones de fin de semana el líder Arzalluz.