L D (Agencias) El pasado jueves 24 de noviembre, el consejero primero de la Generalidad, Josep Bargalló (ERC), arremetió contra Freixenet y contra su presidente Josep Lluis Bonet, el mismo que firmó la famosa carta apoyando a Pasqual Maragall y al nuevo Estatuto catalán. Bargalló dijo que "hay alguna gente que no ha jugado limpio en la película del boicot. El señor Bonet de Freixenet participó en un acto mediático-teatral con Rajoy de conversión del cava catalán en cava español".
"Ahora resultará que este cava que de la mano de Bonet y Rajoy se convirtió en español sufre también boicot español", ironizó Bargalló. El independentista censuraba así la participación de Bonet en el acto del pasado octubre del presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, que lanzó desde San Sadurní de Noya (Barcelona) un claro mensaje en contra del posible boicot que puedan padecer los productos catalanes, especialmente el cava, como consecuencia de la reforma del Estatuto y donde afirmó que tanto el cava como los productos que se producen en Cataluña "son tan españoles" como el vino de la Rioja o el turrón de Alicante.
"Ahora resultará que este cava que de la mano de Bonet y Rajoy se convirtió en español sufre también boicot español", ironizó Bargalló. El independentista censuraba así la participación de Bonet en el acto del pasado octubre del presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, que lanzó desde San Sadurní de Noya (Barcelona) un claro mensaje en contra del posible boicot que puedan padecer los productos catalanes, especialmente el cava, como consecuencia de la reforma del Estatuto y donde afirmó que tanto el cava como los productos que se producen en Cataluña "son tan españoles" como el vino de la Rioja o el turrón de Alicante.
"¿Ese es el patriotismo del PP? Demuestran que quieren bien poco a su país, que lo único que quieren es el poder, y que toda su actuación política tiene que ver con el desmoronamiento del entramado de poder que amasaron durante sus años", añadió. Una vez dichas estas palabras, Blanco fue preguntado sobre la posibilidad de que se logre un acuerdo con el PP en el Congreso para aprobar la reforma del Estatuto de Cataluña. Entonces cambió el tono de su discurso y manifestó su deseo de que los populares "participen del consenso y del proceso de reforma, incluso para cambiar lo que no les guste".