LD (Europa Press) Juan Pablo González añade "y lo que es más grave, el propio ministro de Justicia, que es el primer obligado en cumplir y hacer cumplir la Ley, ha renunciado públicamente a hacerlo", subrayó.
A su juicio, "la cuestión tiene más importancia de la que pudiera parecer" porque, "no es sólo una cuestión de símbolos, sino una cuestión de respeto a los ciudadanos que cumplen sus obligaciones legales y que exigen que todos, especialmente los poderes públicos, sean ejemplares en el respeto a la Ley".
"El Gobierno debería tomar ejemplo del valor y de la entereza que ha demostrado la alcaldesa de Lizarza, que no tiene el poder del ministro de Justicia, pero que sí ha mostrado mayor coraje y dignidad en su actuación o de la actuación del TSJPV, que ha exigido a la Consejería de Justicia el cumplimiento de la Ley", indicó.
Además, dijo que "el desprecio a la Ley de Banderas constituye un pésimo precedente, un ejemplo de una política de tolerancia con la ilegalidad, que es sustancialmente antidemocrática".
"Hay que preguntarse si podemos confiar en que el Gobierno, más allá de la retórica electoralista, haga frente con determinación a la crisis que padecemos, defienda la legalidad e impida la celebración de la consulta anunciada por el lehendakari, si ni siquiera es capaz de cumplir la Ley de Banderas en los ayuntamientos socialistas, que prefieren mirar para otro lado antes que incomodar a sus socios", señaló.