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Felipe González dice que pudo "liquidar" a la cúpula de ETA: "Dije no"

La X del caso GAL siempre sobrevoló la cabeza de Felipe González durante sus últimos años de Gobierno. Ahora, 14 años después de dejar la Moncloa, se confiesa con Juan José Millás en un extensísimo reportaje donde dice que Segundo Marey fue "detenido" o que pudo "volar" a la cúpula de ETA.

Habla de ETA, de los Gal, de Vera y Barrionuevo, de la corrupción, de los fondos reservados y de la crisis económica. Asuntos como el dinero, hacerse rico, sus hijos u Obama, también figuran entre los asuntos que trata el ex presidente. Claro que, con dos días de convivencia y entrevista, tiempo ha habido, desde luego, para hablar de casi todo.

Llama mucho la atención, en una primera aproximación al extensísimo texto, las afirmaciones que a cuenta de los Gal, de Vera y Barrionuevo, hace sobre el secuestro del empresario Segundo Marey. En sus explicaciones para defender a Barrionuevo, dice que fue éste quien salvó a Segundo Marey, ya que "da la orden de que lo suelten" cuando se entera de que "está detenido". Es, al menos, curioso que González emplee la palabra "detenido" y no secuestrado. Unas palabras que casi sugieren una suerte de confesión de que Segundo Marey realmente estuvo cautivo por la "guerra sucia" contra ETA.

Además, confiesa orgulloso que tuvo "una sola oportunidad" en su etapa al frente del Ejecutivo de "dar una orden para liquidar a toda la cúpula de ETA" después de que, antes de la operación de Bidart en 1992, los servicios de inteligencia detectaran una reunión "de toda la dirección" de la banda en el sur de Francia ante la que "sólo cabía la posibilidad de volarlos todos juntos". "Dije no", explica González.

En esta entrevista, González se refiere a este episodio de la lucha antiterrorista -que sitúa entre 1990 o 1989- como "las tripas del Estado". "Nuestra gente había detectado _-no digo quiénes_ el lugar y el día de una reunión de la cúpula de ETA en el sur de Francia. De toda la dirección. Operación que llevaban siguiendo mucho tiempo", ha narrado el ex presidente del Gobierno.

"Se localiza lugar y día –continúa González–, pero la posibilidad que teníamos de detenerlos era cero, estaban fuera de nuestro territorio. Y la posibilidad de que la operación la hiciera Francia en aquel momento era muy escasa. Ahora habría sido más fácil (...) En aquel momento solo cabía la posibilidad de volarlos a todos juntos en la casa en la que se iban a reunir (...) La decisión es sí o no. Lo simplifico, dije: no. Y añado a esto: todavía no sé si hice lo correcto".

González añade que "no estoy planteando el problema de que yo nunca lo haría por razones morales. No, no es verdad. Una de las cosas que me torturó durante las 24 horas siguientes fue cuántos asesinatos de personas inocentes podría haber ahorrado en los próximos cuatro o cinco años. Esa es la literarura. El resultado es que dije que no".

En cambio no menciona que la obligación de detener, juzgar, procesar y encarcelar a los criminales era el camino que marcaba el Estado de Derecho.

El dinero de los fondos reservados

Previamente, había hecho una defensa cerrada de los responsables de la lucha antiterrorista en aquel momento, el que fuera ministro del Interior, José Barrionuevo, y el secretario de Estado, Rafael Vera –de ambos dice que no se lucraron de sus cargos públicos–. En esto, incluye el uso de los fondos reservados, de los que González dice que es "una discusión absurda" plantear cómo se utilizan estos caudales públicos que, añade, son "legales y al mismo tiempo ilegales".

De esta forma, tras admitir que los problemas de corrupción de su Gobierno "fue una de las cosas que más les desgastó internamente" –por esta razón, dice, nunca ha querido ocupar ningún cargo institucional tras abandonar el poder–, González es preguntado por los secuestros y asesinatos que afectaron a las estructuras del Estado, a ministros, secretarios de Estado o directores generales. A lo que contesta: "Es que eso no es verdad". Fue condenado un ministro como José Barrionuevo. Ninguno estuvo implicado en ningún asesinato. Ninguno. En el secuestro de Segundo Marey... es mentira".

Caso Lasa y Zabala

González se refiere al general Enrique Rodríguez Galindo, condenado a 71 años por secuestro y asesinato, para defender que "aún hoy" le sigue pareciendo "un gran tipo" a pesar de que sólo lo conoció personalmente "después de que saliera de su responsabilidad". "General al que visitaba cada dos o tres meses el líder del PP de la época en el cuartel de Intxaurrondo, en tanto que yo jamás lo había saludado ni había conocido. Lo conocí cuando lo procesaron porque le llamé para conocerle", añade.

El ex jefe del Ejecutivo dice estar "seguro" de que Galindo es inocente de lo que le condenaron sin que se respetaran "las garantías" procesales y, concretamente sobre los asesinatos de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabale, precisa que también está "seguro" de que Galindo "ni participó ni dio la orden". "Ahora te podría decir: pues no lo sé, y salvar mi responsabilidad. Pero es que estoy seguro. Las pruebas negativas no existen, pero estoy seguro de que Galindo no fue responsable de aquello".

Segundo Marey

González se refiere a continuación al caso del secuestro de Segundo Marey y, aunque advierte que "todavía hoy no se puede contar eso", explica: "A Segundo Marey lo salva la orden de Pepe Barrionuevo para que lo suelten cuando se entera de que está detenido". Asimismo, se detiene en un aspecto de la detención de Marey: "Nadie ha estudiado ni va a estudiar por el momento, ni yo lo pido, qué era o qué significaba Marey en la cooperativa de Bidart... y lo relacionan erróneamente con una especie de intercambio de chantaje con secuestrados que teníamos, con mentira en fechas".

Esta cuestión, explica, trató de demostrarlo en el Tribunal Supremo "en la única ocasión" en la que le dejaron "hablar". "Y no me admitieron una prueba: tenía el intercambio de las comunicaciones telegráficas con Francia para reconstruir aquello. Pero el que da la orden de que lo suelten es el ministro", explica.

Hacer dinero

Quizá una de las declaraciones más sorprendentes es la que hace sobre el dinero. Pese a representar la etapa del "pelotazo", haber presidido el Gobierno de los fondos reservados o haber protagonizado escándalos como el de Filesa, Felipe González dice que nunca le ha interesado el dinero. Sin olvidar que actualmente asesora a uno de los hombres más adinerados del planeta, dice: "Sé cuáles son todos los mecanismos para obtener dinero, pero jamás se me ha ocurrido. No tiene mérito en mi caso, porque nunca me interesó. El mérito lo veo en los tipos que son ambiciosos de dinero y que resisten a la tentación".

La corrupción

González hace un repaso a su infancia y adolescencia, su llegada a la Moncloa o la relación con sus hijos y nietos. También se refiere en varias ocasiones a cómo le afectaron personalmente los casos de corrupción. "Lo viví, primero, con absoluta incredulidad, y después con sufrimiento", reconoce, y más adelanta, precisa: "Para mí fue una gran decepción, una gran frustración y probablemente una de las razones por las que decidí no hacer más política institucional".

El que fuera presidente del Gobierno entre 1982 y 1996 desvela que la corrupción le "golpeó mucho" en su "fortaleza emocional", y todo "a pesar de que todavía siguen diciendo por ahí la cantidad de fortuna o dinero que tengo". No obstante, reconoce que "no se quiere morir sin tener una casa" a las afueras de Madrid, aunque no se la puede hacer. "No tengo dinero para hacérmela", asevera, "si tuviera el ahorro para comprarme una casa, ahora que están baratas, lo emplearía en eso".

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