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La Casa-cuartel de Cádiz, apuntalada; las nuevas viviendas, vacías

La mudanza de la Guardia Civil de Cádiz se ha quedado a la mitad. Mientras las dependencias oficiales se han mudado a una nuevas y modernas instalaciones, las familias siguen ocupando las viviendas de la antigua Comandancia, que está apuntalada por su mal estado.

La mudanza de la Guardia Civil de Cádiz se ha quedado a la mitad. Mientras las dependencias oficiales se han mudado a una nuevas y modernas instalaciones, las familias siguen ocupando las viviendas de la antigua Comandancia, que está apuntalada por su mal estado.

Las familias de los guardias civiles destinados en la Comandancia de Cádiz continúan en las viviendas de la antigua instalación del Instituto Armado, ubicada en el número 10 de la avenida San Severiano, una situación que fue denunciada este martes por la Unión de Oficiales de la Guardia Civil.

Esta asociación profesional recordó que estas instalaciones se encuentran en tan mal estado que "han tenido que ser apuntaladasante el evidente riesgo para sus inquilinos" y se ha tenido que instalar una red para evitar "el considerable riesgo para la integridad de los inquilinos y viandantes" que supone el constante desprendimiento de cascotes.

Lo paradógico de la situación es que desde hace cuatro meses, las oficinas profesionales de la Comandancia de Cádiz, la zona donde los agentes del Cuerpo desempeñan su trabajo diario, se han mudado al nuevo inmuebles que el consistorio de la capital gaditana dio al ministerio del Interior a cambio de los terrenos de San Severio, y que se encuentra junto a la carretera de Astilleros.

En estas nuevas instalaciones, totalmente terminadas, se encuentran también las 80 viviendas que deberían pasar a ocupar las familias de los agentes, y a las que todavía no hay fecha para la mudanza. Aunque, como mucho, debería realizarse en dos meses, ya que el acuerdo entre Interior y el consistorio daba un plazo máximo de seis meses para que fuesen abandonadas las antiguas instalaciones.

"La inexistencia de buzones de correos o la falta de una valla de madera para la seguridad de los niños que delimite los columpios instalados entre las viviendas y los estacionamientos, son las razones esgrimidas para que los guardias civiles aún no estén ocupando su vivienda", denuncia la Unión de Oficiales, que considera "paradójico", porque "los cascotes siguen cayendo del viejo edificioconstituyendo una amenaza real y tangible para los que habitan dichas dependencias".

Del mismo modo, la asociación de oficiales del Instituto Armado mostró su "profundo malestar y preocupación por ver como el Ministro del Interior, diputado electo por Cádiz, obra ante los problemas de aquellos ciudadanos que lo han elegido. Lamentablemente, no podemos sino expresar nuestra absoluta desconfianzaen que sea el Ministro capaz, como el mismo reconoció en una de sus últimas informaciones, de modernizar y democratizar la Guardia Civil".

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