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Que Eta ha fagocitado a HB para reorganizarse era una evidencia por el modus operandi de los asesinatos de blancos fáciles. Los del subteniente de Berriozar, el concejal de Durango, el de Manuel Indiano, en su puesto de golosinas, y el atentado contra José María Korta y posteriormente contra la discoteca de su hermano Narciso no pasan del nivel de un matonismo local, decidido en la barra de un bar (las sedes de Hb incluyen taberna) con información suministrada por los vecinos de las víctimas y con los terroristas instalados en la localidad.

Hace menos de una semana publiqué en este periódico un análisis titulado “Hipótesis: HB, ¿comando de información?” del que entresaco algunas frases en aras de mostrar que lo plasmado por la importante operación policial coordinada por el juez Baltasar Garzón se mueve en el campo de lo obvio. Decía en ese análisis, ante las evidencias de los atentados y las mismas declaraciones de los vecinos de las víctimas como en Berriozar, que “Eta está recibiendo la información no a través de comandos de información propios, al estilo anterior, sino de grupos de apoyo formados por militantes y cargos de Herri Batasuna” o que “la relación entre los grupos de apoyo y los terroristas que aún no están fichados policialmente puede pasar por la estructura de Hb” y concluía: “El tiempo confirmará que los actuales asesinos han sido no sólo el exportavoz de Jarrai, sino miembros de las ejecutivas de dicha formación, así como que la actual infraestructura de Eta no es otra que Hb”.

Que Eta y HB son lo mismo no es una frase sino una realidad. Los detenidos en la operación “Lobo negro” se presentan como la dirección en la sombra de Eta (de una Eta, reitero, pegada al terreno, y en la que ya no existe la diferenciación anterior entre comandos de información, legales y liberados). Es manifiesto que el terrorismo callejero de la “kale borroka” no es el fruto de la espontaneidad de grupos radicales, sino una actuación orgánica coordinada por HB.

La pregunta lógica y racional que surge inmediata de los hechos es si HB o la parte sustancial de HB (en este caso, el grupo Ekin como cúpula) no ha pasado a ser una banda armada. Y el corolario lógico es que, si bien no se debe proscribir una idea, es preciso ilegalizar las organizaciones que tengan como finalidad el delito. El tiempo también dirá si, por ejemplo, HB se financia de la extorsión a los empresarios, si ordena y decide las acciones de violencia contra los constitucionalistas y si intenta utilizar los beneficios del sistema para ser estrictamente la misma Eta.

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