Se duda seriamente de que los Mossos d´Esquadra vayan a poner “celo extraordinario” o “entusiasmo indescriptible” a la hora de sancionar a los catalanes que, en adelante, añadan a la matrícula “de la E de España”, las siglas CAT de Cataluña. Entre otras razones, porque, según cuentan en medios solventes, el propio Jordi Pujol tiene un elevado grado de enfado con el presidente Aznar por esta causa, y por haber aplicado el rodillo de la mayoría absoluta en la imposición de la matrícula sin la identificación de la correspondiente autonomía.
Primó, finalmente, la idea del gran mercado español frente a los mercados de segunda mano mucho más problemáticos que favorecen las matriculaciones localistas. Pero lo grave del asunto es que a Jordi Pujol se le había “vendido” ya la noticia de que la matrícula autonómica era un hecho, estaba ya decidida... De ahí que montara el cólera al apreciar lo “casi nada” que pinta ya en Madrid, en relación al poder importantísimo que tuvo en anteriores legislaturas de mayorías insuficientes...
Pujol, víctima del rodillo
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