Para los expertos en encefalopatías espongiformes, la aparición de casos de vacas locas en nuestro país sólo era una cuestión de tiempo. De nada ha servido mantener los dedos cruzados esperando a que los priones pasaran de largo y no aterrizaran en la piel de toro. Para los agentes infecciosos, ya sean formas de vida o proteínas inertes, como los priones, no existen fronteras. La evaluación geográfica del riesgo ya lo había vaticinado: ningún país europeo está exento de sufrir algún caso de vacas locas, y España no es una excepción. La llegada del mal estaba anunciada, si se tiene en cuenta que nuestro país se halla en medio de dos naciones afectadas por esta epidemia: Portugal y Francia.
De momento, los especialistas estiman que nuestro país puede encuadrarse dentro del grupo que se conoce como nivel bajo de priones, al que pertenecen hasta ahora Holanda y Alemania. La máxima autoridad española en el mal de las vacas locas, Juan José Badiola, director del Laboratorio Nacional de Referencia en Encefalopatías Espongiformes, prevé que aparecerá un máximo de 18 casos de animales infectados. Ahora bien, con los dos casos que se confirman ahora, el número de vacas enloquecidas ya asciende a cuatro. Para los más optimistas, esto significa que los sistemas de detección están funcionando de forma correcta, y que la situación se halla bajo control. Pero hay voces cautelosas que advierten de que aún es pronto para echar las campanas al vuelo, ya que nadie puede asegurar que la epidemia no alcance una mayor magnitud de la esperada. De ser así, a situación sería bien distinta en cuanto al riesgo humano de sufrir la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob (nv-ECJ), transmitida por las vacas con encefalopatía.
A la vista de la evolución de los casos europeos, existe una relación más o menos directa entre el número de vacas locas y los casos de nv-ECJ en humanos. Por fortuna, esta proporción es muy baja. Si realmente la cifra de animales infectados no supera la barrera de los 18, es poco probable que en España aparezcan pacientes con nv-ECJ, salvo que sean personas que han ingerido de forma repetida carne contaminada en otros países.
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