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Un extraterrestre que aterrizara en el País Vasco encontraría bastantes dificultades para saber quién ha gobernado, se extrañaría si alguien le dijera que un tal Xabier Arzalluz es persona relevante en la política vasca, consideraría que se le está engañando de la manera más cruel si alguien le indicara que el candidato Ibarretxe ha gobernado tres años apoyado por terroristas. No digamos si se le pasaran las imágenes de los atentados, asesinatos y funerales, pues lo que observaría sería un paisaje idílico en el que ya no hay odiosos inmigrantes a los que habría que quitar el derecho al voto, ni crueles asesinos, ni tiene importancia alguna que en el programa electoral del PNV se incluya una propuesta de autodeterminación. Incluso el hecho de que los candidatos de PP y PSOE no puedan ni pegar carteles en los pueblos de Guipuzcoa podría entenderlo como una especie de excepción cultural. Un mundo feliz, un mundo en paz, con un buen chico como Ibarretxe que no quiere insultos en una campaña en la que no está Fernando Buesa y tantos otros.

Nadie parece efectivamente haber gobernado, porque Ibarretxe en vez de defender lo que ha hecho –como el pacto de Estella/Lizarra– se dedica a decir que hará todo lo contrario y lejos de él algo tan terrible e inmoral como pactar con Eh. ¡Eso él no lo haría nunca! ¡Faltaría más! Arzalluz no existe. Es un ciudadano normal que irá a votar como cualquier otro el 13 de mayo. Madrazo es un pacifista que reparte propaganda por la calle porque no es capaz de llenar un mitin, pero tampoco ha pactado con los terroristas.

No deja de ser toda una lección y toda una impostura moral que cuando se trata de seducir a los votantes se recurra a la moderación que no se demuestra en el gobierno. Y que ello se haga con tal trasfondo de caballo de Troya que siendo una campaña tan modosa es la que esconde cuestiones de mayor calado y niveles mayores de radicalismo en las propuestas, como la mencionada de la autodeterminación.

Queda, pues, confiar en que los espectadores, ciudadanos, que no son extraterrestres, den su veredicto a esta comedia bufa, de campaña-trampa y engaños. Hay indicios para pensar que eso sucederá. Dejo al margen las encuestas, porque con tal coacción, miedo y lógica prudencia, al margen de este carnaval nacionalista en el que el extraterrestre daría en pensar que en el País Vasco nunca pasa nada, hace que la sociología sea un voluntarismo (ya ni se publica el porcentaje del no sabe/no contesta). Hay un dato real y significativo: el voto por correo se ha triplicado. En Benidorm, por ejemplo, el PP ha gestionado en su sede ocho mil votos. Es indicio de movilización constitucionalista por la libertad, porque en el País Vasco ha pasado mucho, ha pasado de todo, ha pasado demasiado. Y pasaría mucho más si nada cambiara, aunque fuera por poco.

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