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Maite Cunchillos

Una operación de estrategia

La estrategia desarrollada este jueves en el Tribunal Supremo ha sido brillante; no parece que la haya ideado Cardenal. Todos los fiscales han salido satisfechos del Alto Tribunal: los que pretenden imputar a Piqué y los que se oponen.

Los que apoyan la tesis del fiscal Vargas están contentos porque, al final, se ha dado a la Junta de Sección –la que se reunió el miércoles– la categoría de Junta General, la que estaba prevista para el próximo jueves y que ya no se va a celebrar.

Los fiscales del entorno de Cardenal también están contentos por la suspensión de la Junta General. Imagínense por un momento que cuarenta fiscales –los que componen esa Junta– apoyaran por mayoría la imputación de Piqué. ¿Con qué cara rectificaría Cardenal después de esa decisión de sus fiscales? Ante una posible derrota en la Junta General, la salida inteligente para el entorno de Cardenal ha sido no celebrar esa reunión.

Además, la decisión se ha adoptado democráticamente: por votación. En el Supremo, siete fiscales contra cinco han decidido no celebrar la Junta General. Probablemente entre esos siete se encuentra el ideólogo de la estrategia desarrollada este jueves.

Ahora, con todos los fiscales más tranquilos, llega el momento de preparar el siguiente combate, que se librará en la Junta de Fiscales de Sala. En contra de lo previsible, Cardenal podría salir derrotado de esa reunión. Por eso algunos fiscales de su entorno están proponiendo una vía alternativa: que Piqué declare voluntariamente como inculpado sin necesidad de tramitar el suplicatorio. De esta forma lo hizo, en el caso Filesa, el senador socialista Josep María Salas. El Constitucional, en su reciente sentencia, ha dado validez a aquella comparecencia.

Por ahora, Cardenal no ve bien esta posibilidad que le mencionan sus fiscales. Y es que cuentan que el fiscal general del Estado es muy tozudo, incluso más que Aznar.

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