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Enrique de Diego

España como sociedad abierta

Este lunes tiene lugar en Moncloa una cumbre monográfica sobre la cuestión vasca, con asistencia de José María Aznar y Jaime Mayor Oreja, para analizar la estrategia a seguir ante el desbocamiento hacia el abismo de la secesión pretendido por Juan José Ibarretxe, en el momento en el que los constitucionalistas han conseguido los mejores resultados de su historia.

Por ahora, los estrategas de Moncloa han considerado que la capacidad de maniobra no es mucha y que lo primero es esperar a la clarificación de la postura de Ibarretxe, que, sin embargo, empieza a ser meridiana, aunque conlleve en el intermedio parafernalias de conferencias de paz a cargo de Elkarri y confusas comisiones con observadores internacionales, del tipo de algún o algunos premios nobel de la paz desocupados: el País Vasco como nuevo Chiapas.

La primera cuestión clara es que la soberanía reside en el Parlamento español y cualquier iniciativa en base exclusiva al Parlamento vasco sería una agresión directa a la democracia y al Estado de Derecho, una forma de golpismo. No puede irse hacia ningún referéndum independentista sin reforma constitucional y sin participación en el debate del conjunto de la nación.

La independencia como objetivo, por su irracionalidad, por el intento tardío de recrear un estado de nación superado, por su excepcionalidad en el proceso de unión europea, parece una enloquecida aventura religiosa de verdades absolutas y totalitarias. Al margen de la crítica a las contradicciones internas de tal planteamiento, parece hora de iniciar el discurso inédito de reivindicación de España como sociedad abierta, como ámbito de convivencia y protección de los derechos personales, frente a tal exacerbación del conflicto que, en términos nacionalistas, sólo sería el inicio de un sobreañadido imperialismo contra Navarra y Francia, de un intenso proceso de ingeniería social y quizás del comienzo de una guerra civil entre los dos radicalismos nacionalistas. No es preciso mantener un compás de espera ante un riesgo cierto en altas dosis para la libertad personal.



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