Menú

Si hay terroristas islámicos apresados en Guantánamo y que tienen pasaporte español, lo único que debería hacer la diplomacia española es asegurarse convenientemente de que no se escapan de la cárcel, que se les juzga y que la previsible y severa condena nos permite suponer que durante bastantes años no volverán a este país que, por desgracia para los españoles de bien, es también el suyo. Si los sujetos en cuestión son milicianos talibanes, de los que sostenían a tiro limpio la tiranía en aquel país, de los que, entre otros atropellos a la libertad y a la dignidad humanas, mantenían por la fuerza a las mujeres reducidas a la condición de cosas, también hay que desear que la condena sea severa. Y si nuestro país quiere colaboración en la lucha contra el terrorismo internacional, porque verdaderamente la necesitamos, tal vez sería un detalle contribuir a la manutención de los presos en cuestión lo mismo que hemos contribuido en otros menesteres de la guerra de Afganistán. Por supuesto, si estuviéramos ante un caso de ciudadanos marroquíes con documentación irregular, demasiado frecuente en Ceuta y Melilla, lo deseable es que se les prive de cualquier amparo que el pasaporte español pueda procurar a indeseables.

Que el dirigente comunista Llamazares, vástago de la dictadura castrista y cómplice del proyecto totalitario vasco para destruir la nación española y su régimen constitucional, pida que esos sujetos sean juzgados en España -sin duda en la esperanza de que nuestros jueces sean más benignos que los norteamericanos- confirma la conveniencia de que sean juzgados allí y de que no salgan de allí hasta cumplir condena. Ya está bien de demagogia antinorteamericana. Ya está bien de convertir a las víctimas del 11 de Septiembre en verdugos de pobrecitos... terroristas. ¿O es que va a resultar ahora que Ben Laden y los que volaron las Torres Gemelas no son -por lo menos- tan terroristas como los etarras que volaron la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza? ¿Acaso queremos nosotros que los etarras que mataron a Miguel Ángel Blanco o al matrimonio Becerril sean tratados como soldados de un ejército regular, en legítima guerra con España?

Insistimos: si los sujetos de Guántanamo -terroristas o milicianos totalitarios- resulta que son españoles, lo único que deben hacer nuestras autoridades es pedir que la justicia USA sea implacable. Todo lo demás, sobra. Y lo que empieza a faltar -en la clase política y sobre todo en los medios de comunicación españoles- es un mínimo de ética y un poco de sentido común. Sólo faltaría que el Presupuesto sirviera para mimar genocidas siempre que asesinen norteamericanos. Eso es lo que parece y, en muchos casos, lo que es.

© www.libertaddigital.com 2002
Todos los derechos reservados

Titulares de Libertad Digital
Suscríbase ahora para recibir nuestros titulares cómodamente cada mañana en su correo electrónico. Le contamos lo que necesita saber para estar al día.

  
!-->

En Internacional

    0
    comentarios