Alfonso Ussía sostiene que el origen de los “piquetes informativos” está en las huelgas de finales del siglo XIX. “Cuando los movimientos obreros convocaban una huelga, se valían de grupos de militantes que anunciaban de fábrica en fábrica la celebración de la misma [la huelga]. Informaban a los obreros desinformados, en un apalabra”. (“Sindikale borroka”, ABC, 24-V-2002). Siento contradecir a mi admirado Ussía, pero esa piadosa historia no se compadece con la realidad. El término “piquetes informativos” es una reciente adaptación española de la práctica del picketing, practicada por los sindicatos norteamericanos desde mediados del siglo XIX. Como sucede muchas veces con las traducciones, esta resulta ser una traición.
El picket o piquete es un viejo término militar que indica tanto una empalizada protectora como una patrulla de soldados. En las huelgas el picket era una patrulla de obreros que se colocaban a la puerta de la fábrica con el fin de dar a conocer sus reivindicaciones. De paso, la picket line servía para impedir que los esquiroles entrasen a ocupar sus puestos de trabajo. Con el tiempo, los jueces lograron que esos piquetes dejaran de ser coactivos y simplemente informaran de sus quejas. Para ello les estaba prohibido gritar y mucho menos amedrentar o amenazar. En lugar de ello, debían de moverse en círculo, llevando cada participante un cartel con sus quejas. Esa es hoy la norma en la vida norteamericana.
Piquetes informativos
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