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Julio Cirino

Un triunfo que sabe a poco

A pesar de que en las últimas dos semanas no fueron pocos los observadores que señalaban que el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) Luiz Inacio Lula da Silva resultaría electo presidente por un verdadero aluvión de votos, esto no sucedió. Lo que, sin duda, es un contundente triunfo, con más de 23 puntos de ventaja sobre su oponente más cercano, el oficialista José Serra, parece en el amanecer del lunes una victoria inconclusa.

Lula tuvo un excelente resultado con más de 33 millones de votos. Sin embargo, los resultados se mantuvieron dentro de los parámetros que habían sido previstos durante los meses de agosto y septiembre. La euforia de las dos últimas semanas, que mostró a Lula con un 49% de la intención de voto, ya se había moderado el pasado viernes, cuando no hubo un vencedor contundente en los debates televisados. Jose Serra, ministro de Salud del actual presidente Fernando Henrique Cardozo, realizó también una buena elección, completamente dentro de las proyecciones previstas, si bien su 23,64% fue algo superior a lo que estas hacían anticipar.

Quedan ahora por delante 20 días de negociaciones y campaña; tomando en cuenta que el tercero en la pugna, Anthony Garotinho, del Partido Socialista Brasileiro (PSB), obtuvo el 16,88% de los sufragios y Ciro Gomes, del Partido Popular Socialista (PPS), alcanzó un 12,31%. El modo en que estos votos se reencaucen en la segunda vuelta será clave para su resolución definitiva, aunque los casi 47 puntos obtenidos por Lula serán un dato imposible de hacer a un lado a la hora de pensar en la votación del domingo 27 de octubre venidero.

En la madrugada del lunes 7 hay otro interrogante que flota en el aire cuando aún permanecen cerrados los mercados, tanto en Brasil como en Wall Street; cual será la reacción de los mismos ante la concreción del anunciado triunfo de Lula, pero a la vez, ante lo que en definitiva serán dos semanas más de incertidumbre y campaña. Esta entra ahora en una fase totalmente distinta, en la que el candidato “conservador”, Jose Serra, será quien más audazmente tendrá que jugar, distanciándose todo lo que le sea posible del gobierno de Fernando Henrique Cardozo, de donde, paradójicamente, recibe su mayor apoyo.

¿Por qué? Porque si se piensa en el voto favorable a Lula, a Garotinho y a Ciro Gomes, los tres muestran un elemento en común: son votos que apoyan un cambio respecto de la línea del actual gobierno, con lo que resulta muy poco probable que un porcentual significativo de ese 29,19% de los votantes (Ciro y Garotinho sumados) se vuelquen en apoyo de Jose Serra; antes bien, irán mayoritariamente a engrosar las filas del 46,59% de Lula, con lo que no sería descartable que superara el 65% de los votos emitidos en la segunda vuelta.

Las negociaciones para las alianzas comienzan ahora y no serán cosa simple, por cuanto el apoyo en el nivel de la elección presidencial es la consecuencia de acuerdos que comienzan con las municipalidades, luego los estados y finalmente se “arregla” a nivel nacional. Por cierto, que el importante caudal de votos obtenido por Lula le pone a cubierto de tener que ceder puntos importantes de su plataforma, sin embargo no es dable pensar que tanto Ciro Gomes como Garotinho vayan a entregar a su electorado sin obtener nada a cambio. Pero de cómo se desarrolle el siguiente tramo de la campaña hablaremos en los próximos días.

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