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La ablación del clítoris

SOS Racismo es una ONG que se fundó en Francia en 1982 y en España (Barcelona) en 1989 y que se define a sí misma como “independiente, democrática, de base, pluriétnica, progresista, que utiliza como método de acción la no violencia activa”.

Pues bien la Federación Estatal de SOS Racismo ha declarado que las medidas que, en materia de inmigración, quiere tomar el PP promueven la xenofobia. La expulsión del inmigrante que cometa delitos cree esta ONG que es intolerable pues supone “la renuncia a la resocialización del delincuente”.

En cuanto al anuncio por parte del gobierno de que la mutilación femenina será considerada en el código penal como delito específico, considera SOS Racismo que el PP nada ha hecho para prevenir estos casos, “no como sí se ha hecho desde otras administraciones”.

Se debe referir esta ONG a la administración catalana que tiene editado un librito titulado Protocol d’actuacions per a prevenir la mutilació genital femenina (MGF) . En él, un grupo numeroso de expertos de los departamentos de Sanidad, Interior, Justicia, Bienestar Social y Educación de la Generalitat , asesorados por algunos psicólogos, pediatras y antrópologos, presentan una extensa información sobre los diversos tipos de “MGF” que pueden llegar a practicarse en determinados grupos de inmigrantes que viven en Cataluña. Según se suprima total o parcialmente el clítoris, los labios menores y según se suture o no la apertura vaginal, parece ser que la Organización Mundial de la Salud considera hasta cuatro tipos diferentes de mutilación genital femenina.

Dicen los expertos catalanes que la que más riesgo tiene de ser practicada en Cataluña es la del Tipo I :”supresión del prepucio con o sin supresión de todo o parte del clítoris”. Para ellos es “la menos grave”.

Lo asombroso de estos expertos es que han llegado a la conclusión de que “la intervención judicial debe ser el último recurso a utilizar delante de la conducta que se quiere evitar”, pues si los inmigrantes mutilan de esta manera a sus hijas no lo hacen por maldad sino presionados por la familia y el pueblo que dejaron.

Optan estos “expertos en ablación del clítoris” por intentar convencer a los padres de que no deben actuar así y no por prohibírselo directamente y, mientras esperan a convencerles, sus hijas son mutiladas y con ello atadas de por vida a sus costumbres tribales y marginadas de nuestra sociedad occidental.

Esto es, quizás, lo que SOS Racismo llama “políticas preventivas”. Para mí, como supongo para cualquier persona en sus cabales, estaríamos ante una situación de complicidad en macabros actos de violencia hacia las niñas.

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