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Ángel Acebes no está dispuesto a que el PSOE cave su tumba política, y por si su partido no lo defiende, ha decidido defenderse solo y que lo siga el que quiera. Sabia decisión. La generosidad no es la virtud más característica del político profesional y en el PP hay mucha gente que lo que quiere es que pasen cuanto antes las europeas. Luego, Dios dirá. O más bien, Alá, en cuyo nombre se cometió la masacre del 11-M y de cuya sombra no nos vamos a librar en mucho tiempo.
 
La impresión que hasta ahora produce lo publicado acerca de los agujeros negros de la masacre y su manipulación posterior es que la mafia policial del PSOE, incrustada en las Fuerzas de Seguridad desde el felipismo tardío y mantenida en sus puestos e incluso  ascendida por la ingenua estupidez típica de la derecha, trabajó para el PSOE entre el 11-M y el 14-M. Lo que está publicándose desde hace una semana en El Mundo permite temer que trabajara en el área de preparación de la masacre varios meses antes, lo cual le habría permitido tener una información de primera mano que tal vez nunca llegó al Gobierno.
 
Pero son aún muchos los cabos sueltos en una investigación que sigue suponiendo para el PSOE un arma arrojadiza contra el PP. Es esto lo que convierte en inevitable que el PP promueva la comisión de investigación y es esa voluntad cainita de rematar el golpe del 13-M con la demolición electoral del PP lo que obliga a la Derecha a defenderse. Sin embargo, de momento es más el ruido que las nueces. Hasta que no veamos citados a declarar en la Comisión a la plana mayor de PRISA y el PSOE a petición del PP, los esfuerzos de Acebes serán, como hasta ahora, un meritorio esfuerzo vocal en solitario. Y, en esta larga guerra de nervios, con peligro de quedarse afónico. 

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