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Víctor Llano

En Cabo Verde

En nuestro último artículo, nos ocupamos de la odisea de dos niñas cubanas rechazadas por la tiranía castrista y por el gobierno español. Ahora están en Cabo Verde. Es otra de las muchas tragedias que viven los cubanos que han tenido la desgracia de nacer en tiempos de Fidel Castro.
 
Con intención de quedarse en España, Abelardo y sus dos hijas de 12 y 4 años aterrizan en Madrid el 12 de junio en tránsito a Cabo Verde. Abelardo solicita asilo político alegando persecución por pertenencia al grupo anticastrista Marta Abreu y a una organización pro derechos humanos en Cuba. El martes 15 de junio se le notifica que no se admite a trámite su solicitud de asilo. Su abogada del turno de oficio presenta entonces un reexamen aportando un nuevo documento en el que se acredita la pertenencia del recurrente a la organización antes citada. Este reexamen tampoco es admitido a trámite. El 18 de junio se presentan también con carácter urgente medidas cautelarísimas para la suspensión de la orden de salida, así como una demanda contencioso-administrativa contra la no admisión a trámite del reexamen de la solicitud de asilo. Con posterioridad se presentan otros escritos en el Juzgado Central de lo Contencioso-Administrativo reiterando la imposibilidad de los recurrentes de regresar a Cuba. Habían salido de allí con salida definitiva y según las leyes de la tiranía no tenían derecho a regresar.
 
El 24 de junio se celebra una vista en el Juzgado a donde Abelardo es conducido desde Barajas para prestar declaración ante el Juez. Por último, se alegaron motivos humanitarios justificados en el arraigo de esta familia en España. La madre de Abelardo, aunque nacida en Cuba, tiene nacionalidad española. La madre de las niñas vive desde hace años en Las Palmas donde trabaja de enfermera. De nada sirvió. El Juez dictó un auto el mismo jueves 24 de junio. En dicha resolución le otorgaba la opción a Abelardo y a sus dos hijas de escoger entre regresar a Cuba o bien continuar viaje a Cabo Verde. Sin embargo, y, por increíble que parezca, este auto del juez no le fue notificado a Abelardo. El mismo día 24 la comisaría del Aeropuerto de Barajas le obliga a él y a sus dos hijas a regresar a La Habana, sin permitirles –como había dictaminado el Juez– escoger entre Cabo Verde y la Prisión-grande.
 
Después de que el Juez decidiera permitir a Abelardo elegir entre Cuba y Cabo Verde, su abogada intentó por todos los medios a su alcance hablar con la comisaría de Barajas para que tuvieran en cuenta lo dictaminado por el Magistrado. No le fue posible. En cualquier caso, le consta que el auto en que se le permitía a Abelardo escoger entre dos desastres sí fue remitido a la comisaría de Barajas para que se ejecutara. Sin embargo, la policía del aeropuerto ya había tomado la decisión de deportar al padre y a sus dos hijas a Cuba. Como el padre temía, tampoco en su propio país les permiten la entrada. Una hora después de aterrizar en La Habana les envían de regreso a Madrid. Tanto unos como otros han obligado a dos niñas –una de ellas de cuatro años– a volar durante 20 horas seguidas. Por fin, este sábado 27 de junio, al día siguiente de regresar a Madrid, las dos niñas y el padre subieron a un avión que les llevó a Cabo Verde, país en el que no conocían a nadie y al que llegaron sin dinero y sin las maletas que por supuesto se habían perdido.
 
Hoy, viven en una habitación de una casa de un amigo de un conocido de un amigo. Según nos ha dicho su madre, sus dos hijas se niegan a comer y no entienden nada de todo lo que les está pasando. Su abogada nos ha asegurado que está a la espera de que se le comunique el auto del Juez para poder recurrirlo. La vista sobre este caso esta prevista para mediados de octubre. Mientras tanto y, tal vez por mucho tiempo, las niñas están con su padre en Cabo Verde. Su madre, en Las Palmas. Ni siquiera le permitieron abrazar a sus hijas en Madrid. Son cubanos. Huyen de Fidel Castro. Nadie hace nada por ellos.
 

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