Menú
Juan Carlos Girauta

¿Por qué no se ahorran el referéndum?

Ocurre que tienen un problema con la abstención: todavía no saben cómo apuntársela. Todo lo demás se lo van a atribuir, con un par, los que han cometido la pieza soberanista.

Al tripartito catalán le atormenta un dilema: instalarse permanentemente al borde de la legalidad (por la parte de fuera) o plantar sin disimulo su tienda de campaña en el centro de las tierras oscuras, legalidad alternativa que es flagrante ilegalidad y que nace de los derechos históricos, de la voluntad de ser, de la nada. Ahora se trataba de desconocer, de nuevo, el ordenamiento jurídico español para alargar dos horas la consulta sobre el Estatuto. ¿Y por qué no dos días, o dos semanas? ¿Por qué no se ahorran el referéndum e interpretan la voluntad ciudadana a placer, que es lo que de todos modos vienen haciendo?

Ocurre que tienen un problema con la abstención: todavía no saben cómo apuntársela. Todo lo demás se lo van a atribuir, con un par, los que han cometido la pieza soberanista: el por razones obvias; el no, las papeletas nulas y las papeletas en blanco, porque los independentistas patrocinan las tres cosas. En esta etapa de la subasta de España, Carod quiere que le den por nulo, pero, remolón y caprichoso, no renuncia a otras opciones. Como es natural, al final se lo adjudicará absolutamente todo, también las papeletas afirmativas.

Contra la abstención se les había ocurrido lo de las dos horas, iniciativa envenenada como todas las que salen de Palau. Si hubiera colado, todo eso que habrían rebañado. La desmesura es tal, que actitudes demenciales nos parecen cosa secundaria. Y demencial es que el partido del primer ministro autonómico (o conseller primer) invite a los ciudadanos que escribir frasecitas en las papeletas, iniciativa antidemocrática y antisistema que, por sí sola, debería devolver a la Esquerra a la marginalidad.

En España

    0
    comentarios