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Juan Carlos Girauta

Cataluña en el análisis de Rajoy

Lo que haga a partir de ahora el PP en Cataluña será decisivo, porque puede invertir una tendencia que garantiza tremendas ventajas al PSOE o porque puede consolidarla haciendo irrelevante cualquier buen resultado que el PP alcance en el resto de España

El análisis de Rajoy sobre los resultados electorales tiene la principal virtud de haber llegado por fin y la secundaria de contener un aviso a navegantes. El tenor del aviso no sorprende, pues abunda en un principio consagrado por Aznar: que cada palo aguante su vela. Es decir, quien mejora resultados es que ha trabajado y lo hace bien; quien no los mejora, ha trabajado poco y lo hace mal.

Todo muy lógico, salvo que las premisas implícitas fallan en Cataluña. Y es justamente en Cataluña donde el PSOE ha ganado las elecciones. Esta última afirmación se justifica de varias maneras: el número de diputados obtenidos por el PSC sólo en Barcelona es el mismo que separa a socialistas y populares en el Congreso; el PSC ha obtenido diecisiete diputados más que el PPC; el propio Rajoy ha reconocido que este resultado ha sido "lo más llamativo" del triunfo socialista, y lo ha calificado de "brillante"; todo ello sucede a pesar de que el PPC ha subido de seis a ocho escaños; el origen de tanta brillantez socialista es una campaña de años centrada en el ataque sistemático al PP, presentado como enemigo de Cataluña, como terrible peligro y, a veces, como una banda de asesinos. Por todas estas razones afirmo que el PSOE ha ganado las generales en Cataluña.

Lo que haga a partir de ahora el PP en esta comunidad será decisivo, porque puede invertir una tendencia que garantiza tremendas ventajas al PSOE... o porque puede consolidarla haciendo irrelevante cualquier buen resultado que el PP alcance en el conjunto de España, como es el caso actual: se ha perdido con el apoyo de más del 40% del censo español.

Por eso sería más que un error, sería el más grave error posible que Rajoy no tuviera presentes algunas especiales circunstancias del PPC a la hora de tomar decisiones. Son las principales: que durante siete octavas parte de la anterior legislatura se siguió la estrategia Piqué, de perfil bajo y mimetismo (no hay que añadir "con el ambiente" porque sería redundante); que si el partido no se quedó sin pulso, y si mantuvo alguna coherencia con el discurso nacional fue gracias a la labor de Daniel Sirera, al frente de la comunicación, y de Alberto Fernández, al frente del grupo municipal en Barcelona; que en el grupo popular en el Parlament sobreviven varios diputados de la era Piqué empeñados en obstaculizar la labor del nuevo presidente y en poner públicamente en solfa a su partido. Que cada palo aguante su vela, sí, sólo que el palo principal ya no lo van a encontrar.

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