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Cristina Losada

El lujo de izquierdas

No debería asombrar que la izquierda gobernante guste del boato y se niegue a exponer los entresijos de sus gastos. La ideología vela para que esas conductas salgan gratis y no se aprecie en ellas ni un adarme de incoherencia.

Hay quien se empeña en denunciar que los gobernantes de izquierdas se rodeen de lujos a cuenta del presupuesto. Ahí está, por ejemplo, el PP gallego dando la tabarra por un vehículo de 80 millones de pesetas que la Xunta ha mercado para Touriño o por los dos millones de euros que ha costado la remodelación de su despacho. Por no mentar el caso del presidente del parlamento catalán, duramente criticado por unas "infraestructuras" que se ha visto obligado a introducir en su coche. ¿Quién no necesita, en un cargo como el suyo, de un reposapiés como es debido?

Los socialistas da terra galega han respondido a los contables de la oposición con el tino que los caracteriza. Es decir, ni entregan las facturas del nuevo Audi ni desvelan los intríngulis del despacho. La seguridad de Touriño requiere que el precio de la obra y de los muebles, lámparas y alfombras, sea un secreto de Estado. Y, por lo mismo, precisa el presidente de un coche blindado. Así lo hizo ver un diputado de su partido al recordar que Aznar salvó la vida en un atentado gracias al blindaje de su automóvil. Pero que nadie se alarme. El Gobierno autonómico asegura que no hay terrorismo en Galicia cada vez que estalla una bomba de una banda nacionalista.

No debería asombrar que la izquierda gobernante guste del boato y se niegue a exponer los entresijos de sus gastos. La ideología vela para que esas conductas salgan gratis y no se aprecie en ellas ni un adarme de incoherencia. La izquierda es del pueblo y pál pueblo, de ahí que todo se permita y se le permita, y únicamente rinde cuentas ante la Historia. Ni parlamentos ni partidos de derechas están legitimados para pedírselas. Menos aún para escarbar en absurdos detalles, como las neveras que se hicieron poner tanto Touriño como Quintana en sus coches. Con el cambio climático, Galicia es el trópico. Y el lujo de izquierdas no es lujo: es de izquierdas.

Hubo un tiempo en que la socialdemocracia iba a pie, pero esa época pasó a mejor vida, igual que aquellos socialdemócratas que hacían gala de austeros. De los socialistas españoles pueden decirse muchas cosas, pero no que incurrieran en tamaña hipocresía.

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