Es cierto Crsitina, se echa en falta esa declaración de perdón, esa declaración de rectificación, afrimando que no se cometerá la misma estupidez. Pero...¿No será que no quiere pronunciar palabras que le cierren otro proceso de rendición al que, este si, no quiere renunciar?
Tienes toda la razón, Cristina.
Aunque de la cita de Churchill me chirría el hecho de tildar de "virtuosos" a quienes no son más que cobardes. Que teniendo la suerte de no tocarles el terrorismo de cerca ni saben de la angustia de vivir inmerso en una sociedad podrida como la vasca prefieren creerse la ilusión de que el mal se puede acabar por sí solo pasándole la mano por el lomo en vez de estar dispuesto a luchar contra él y ser capaz de ponerte en la piel del que sufre el terrorismo y estar dispuesto a vivir a su lado.
Y no en la cínica equidistancia de quien, con la peor cobardía humana, afirma que se puede estar en medio, a la misma distancia del inocente que del asesisno.
ETa existe porque nuestra socieda está podrida de cobardes. Quien no es capaz de estar de verdad junto a las víctimas, quien ha justificado, justifica y justificará al terrorismo como medio poolítico merece el mismo infierno, la misma condena eterna que los asesinos.
Totalmente de acuerdo Dª Cristina, pero hay más:
El Sr. Rodríguez dijo ayer jueves con la voz engolada que los terrroristas "pasarán su vida en la cárcel". Este señor miente como un bellaco, opino que el malvado también es él.
Después de leer su artículo, llego a la conclusión de que el único partido de la "supuesta oposición", sería quién debería de pedirle cuentas al gobierno de su actidud traidora, y no apoyarlo sin condiciones ante la falta de confianza que generó tras mantener contactos secretos con los terroristas mientras se firmaban "pactos por las libertades" y otros paripés.
Usted hace caer la responsabilidad solo en el partido gobernante, cuando, hoy día, el PP no ha pedido la dimisión del presidente del gobierno ante esta situación de desconfianza, que como usted ha explicado perfectamente, sentimos los españoles sin rebaño.