José María: Bienvenido a Argentina. Felicidades por el artículo.
El artículo, no contempla nuestra triste realidad, los partidos políticos, en cuanto a corrupción, no ofrecen, ninguna alternancia. Todos son iguales, lo peor de cada familia, el que no ha estudiado, el vago y el golfo, para poder salir de casa, se han afiliados a los distintos partidos, con el único objeto de poder decir un día: ¿Qué hay de lo mío...? Y una vez obtenido "lo suyo", no ponerse a servir a quién le votó, sino a sus bolsillos y los de toda la "panda" que les suele acompañar. Hay quién dice que todos no son así, puede ser, pero desde luego no se dan da baja en estos partidos y cuando obtienen el poder, como pasa en Cataluña, no destapan las corrupciones del gobierno anterior, las tapan (el 3%) e intentan aumentar la pelota corrupta, sabiendo que nadie les "trincará" y saben que los tribunales de justicia y sobre todo de cuentas están sometidos al poder político y que a nadie le interesa destapar la olla, que en este caso verdaderamente es "podrida"...
Con todos mis respetos, no sé como puede comenzar el artículo de manera tan desacertada."La democracia es un sistema político en el que la corrupción juega un papel central".
Es justo al revés, la democracia es el único sistema que garantiza(gracias a la separación de poderes) que los casos de corrupción se redecen a la mínima expresión, y además, ahí sí, el que la hace la paga.
Lo que pasa es que confunde usted oligocracia con democracia. En la oligocracia-que es lo que tenemos-, la corrupción no es que sea probable, es INEVITABLE. Y por eso mientras no cambiemos las reglas del juego político, seguiremos en erre que erre

Tiene toda la razón. Somos un país de medio pelo.