A veces el bilingüismo se toma como pretexto para disimular la ignorancia, o mejor, la nesciencia. Por ejemplo, el ministro José Blanco se niega a pronunciar dos consonantes seguidas, acogiéndose a su origen gallego.
Amando de Miguel
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paserifo dijo el día 2 de Junio de 2010 a las 12:53:
Muy bien.
A mí también me resultan simpáticos los localismos y las transferencias de un idioma a otro, pero siempre con un límite: que no lo hagan ley y encima digan es "mejor". Claro está que este peligro que describo lo ofrecen los que nunca sonríen de verdad, los políticos.
Eslora dijo el día 30 de Mayo de 2010 a las 19:10:
Muy bien.
A mí también me resultan simpáticos los localismos y las transferencias de un idioma a otro, pero siempre con un límite: que no lo hagan ley y encima digan es "mejor". Claro está que este peligro que describo lo ofrecen los que nunca sonríen de verdad, los políticos.