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Alberto Gómez

Hawking y los charlatanes

Si quiere aprender cosmología, compre un libro de Susskind. Si quiere saber sobre la salud del alma, lea a los filósofos griegos o a los Padres de la Iglesia.

Stephen Hawking está inmerso en la campaña de venta de su nuevo libro y se ha metido a teólogo. No le niego otras inquietudes al insigne científico, aparte de las comerciales, pero desde que vi a una señora leyendo su Breve historia del tiempo, del que estoy seguro que no entendía nada, me di cuenta de que algo no funcionaba bien. Sobre todo porque en mi humilde opinión, Breve historia... es un libro aburrido y pésimo literariamente, del que yo como físico no logré extraer nada útil, ni siquiera en términos de técnicas para divulgar ciencia.

El fenómeno Hawking es digno de estudio sociológico. Que se me perdone la insensibilidad, pero su popularidad y predicamento son tan sorprendente como lo es la cantidad de Óscars que se dan a papeles con alguna minusvalía. Por lo demás Breve Historia... es un libro ya desfasado en su momento, cuando al mismo tiempo se estaba desarrollando la apasionante teoría de supercuerdas, precursora de la teoría M, que ahora Hawkins se dispone a utilizar para producir su siguiente éxito editorial.

La razón última de la polémica es que la teoría M es compatible con una variedad infinita de universos, cada uno con sus leyes. Por tanto, si se acepta la teoría, o bien nuestro universo existe entre otros infinitos universos o bien ha sido creado a medida por alguna consciencia. Esto ha llevado a un grado de especulación cosmogónica dentro de la física que solo tiene precedentes en el tiempo de los sumerios y Constantinopla. Y claro, está llegando a la calle, no sin charlatanería de por medio.

Leonard Susskind es uno de los padres de la teoría M, y sin embargo, también es un excelente divulgador. Sus videos de la universidad de Stanford son un prodigio de claridad. Por supuesto, el prestigio de Susskind no se mantiene a base de hacer afirmaciones arrogantes, típicas de segundones recién llegados. Con gracia y asombro, en uno de esos vídeos Susskind comenta que uno de sus libros está siendo usado por los modernos curanderos para su charlatanería estilo Nueva Era. Así que cuando usted oiga que un conocido va a ir a una cura espiritual de "descompactificación" sepa que el nombre de esa comida de coco se lo debe a la física moderna.

Lo cual me lleva a especular si quizá los humanos, como seres conscientes y racionales, pero limitados en conocimientos, no estamos irremediablemente sujetos a una fe en algo. Porque si no abrazamos premisas de partida, entonces no hay posibilidad de fundamentar los razonamientos lógicos necesarios para obrar conscientemente en la vida. Si estamos irremediablemente abocados a una fe u otra, quizá sea más sano y menos manipulable quien cree en Dios que quien cree en curanderos o políticos o científicos metidos a ideólogos.

Si quiere aprender cosmología, compre un libro de Susskind. Si quiere saber sobre la salud del alma, lea a los filósofos griegos o a los Padres de la Iglesia.

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