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Una universidad degradada

Su agresión a la libertad ajena se acompaña de una ignorancia grotesca y el deseo de permanecer en ella.

ongietor dijo el día 30 de Noviembre de 2010 a las 14:25:

Ni catacumbas quedan, pero tal vez, cuando la crisis acabe de poner en evidencia a los tontos de lujo se pueda empezar a reanudar el hilo de la educación, que Gabi quiere que no se toque ahora ¡!

BenGrimm dijo el día 29 de Noviembre de 2010 a las 09:21:

Como estaará la cosa que a la Universidad Pablo Olavide de Sevilla la llaman la Pablo Iglesias...

diez1 dijo el día 28 de Noviembre de 2010 a las 11:58:

LIBERTAD DEGENERADA=ESPAÑA INVERTEBRADA

Universidad degradada, que invoca Pío Moa para describir el panorama que impregna buena parte de las Universidades españolas, por no decir todas, (pienso en Cantabria, de donde soy oriundo), es tanto como decir que se ha perdido la batalla de la intelectualidad seria de la que en otro tiempo se pudo presumir.
¿Dónde están las huellas de los Ortega y Gasset, Gregorio Marañón, Ayala, de Zubiri, de Zambrano, de Sánchez Albornoz, de Américo Castro, de Laín Entralgo y de tantos otros más cercanos como Julián Marías?
Pío Moa rememora las algaradas de los años 60, en las que todos participamos de un modo más o menos conscientes de lo que estaba pasando a nuestros alrededor, pero, desde luego, no cerrados a ninguna posibilidad, incluso a dar marcha atrás para recapacitar sobre lo que estábamos presenciando, eficaz o ineficazmente.
Al menos, vislumbrábamos el cambio irremisiblemente de algo que no sabíamos bien qué era ni en qué habría de cristalizarse.
Muy distinto de la situación actual de los universitarios españoles (salvo excepciones casi minoritarias), que han dejado de plantearse problemas ni políticos, ni económicos (escandalosamente más en las Facultades de Políticas y Económicas), ni morales, ni científicos, ni académicos, ni pedagógicos (inspecciónese el CICS).
La sociología, (como ciencia que pretende ser, gracias al soporte estadístico), debiera empezar su destreza investigadora por rastrear la historia de su infraestructura y de su desarrollo allí precisamente en la Universidad española desde la transición, en el año 75.
Recuérdese que la Constitución del 78 no fue respaldada ni por vascos ni por catalanes. Y esto debió de ser leido por políticos avezados (si los hubiéramos tenido) con peso político. Pero, es que aquí, no se lee
nada: ni los votos en blanco, ni los nulos, ni los abstencionistas, ni nada . Solo el "a río revuelto", listas cerradas, partitocracia, sumisión, falta de representación real por provincias y circunscripciones &c. &c.
¿Y qué tenemos? Una seudo-democracia "procedimental" que, como dogma intangible, regula vidas y haciendas "dictatorialmente" (como el caso Zapatero, quien alegaba ayer en una entrevista que él ha sido elegido para cuatro años), sin importar a nadie si hubiera que reconsiderar esa elección para el bien común (como diría un buen clásico).

José Luis Gómez


diez1 dijo el día 27 de Noviembre de 2010 a las 17:26:

Universidad degradada, que invoca Pío Moa para describir el panorama que impregna buena parte de las Universidades españolas, por no decir todas, (pienso en Cantabria, de donde soy oriundo), es tanto como decir que se ha perdido la batalla de la intelectualidad seria de la que en otro tiempo se pudo presumir.
¿Dónde están las huellas de los Ortega y Gasset, de Zubiri, de Zambrano, de Sánchez Albornoz, de Américo Castro, de Laín Entralgo y de tantos otros más cercanos como Julián Marías?
Pío Moa rememora las algaradas de los años 60, en las que todos participamos de un modo más o menos conscientes de lo que estaba pasando a nuestros alrededor, pero, desde luego, no cerrados a ninguna posibilidad, incluso a dar marcha atrás para recapacitar sobre lo que estábamos presenciando, eficaz o ineficazmente.
Al menos, vislumbrábamos el cambio irremisiblemente de algo que no sabíamos bien qué era ni en qué habría de cristalizarse.
Muy distinto de la situación actual de los universitarios españoles (salvo excepciones casi minoritarias), que han dejado de plantearse problemas ni políticos, ni económicos (escandalosamente más en las Facultades de Políticas y Económicas), ni morales, ni científicos, ni académicos, ni pedagógicos (inspecciónese el CICS).
La sociología, (como ciencia que pretende ser, gracias al soporte estadístico), debiera empezar su destreza investigadora por rastrear la historia de su infraestructura y de su desarrollo allí precisamente en la Universidad española desde la transición, en el año 75.
Recuérdese que la Constitución del 78 no fue respaldada ni por vascos ni por catalanes. Y esto debió de ser leido por políticos avezados (si los hubiéramos tenido) con peso político. Pero, es que aquí, no se lee
nada: ni los votos en blanco, ni los nulos, ni los abstencionistas, ni nada . Solo el "a río revuelto", listas cerradas, partitocracia, sumisión, falta de representación real por provincias y circunscripciones &c. &c.
¿Y qué tenemos? Una seudo-democracia "procedimental" que, como dogma intangible, regula vidas y haciendas "dictatorialmente" (como el caso Zapatero, quien alegaba ayer en una entrevista que él ha sido elegido para cuatro años), sin importar a nadie si hubiera que reconsiderar esa elección para el bien común (como diría un buen clásico).

Son dijo el día 27 de Noviembre de 2010 a las 16:48:

La libertad de hoy desde mi punto de vista es inferior a la libertad que se podía disfrutar en la propia transición.

Entonces se luchaba contra años de "dictatorship" y por el aire fresco propio de una democracia. Hoy en día se lucha para recuperar e imponer como normalidad ciertas ideologías que son contrarias a la libertad y que se suponían ya vencidas, mientras que los que respetan el juego de la democracia están acorralados por expresarse contra esas ideologías.

Es acojonante.

Lo cual me confirma que el hombre es capaz de tropezar una y otra vez en la misma piedra, sin el menor problema.

Pospores dijo el día 27 de Noviembre de 2010 a las 11:04:

Tal cual paisano. Tal cual. ¡Cómo los conocemos los que estuvimos en el "paraíso"! Pero hay mucho incauto "centrista" que no sabe que lo que hacen esos tarados es un acto de puro fascismo. Razón tenía Flaiano sobre los dos tipos de fascistas.

y dijo el día 27 de Noviembre de 2010 a las 10:03:

Me temo que ya es tarde. En la enseñanza (primaria, secundaria y universitaria) estos sectarios ocupan la mayoría de los asientos del claustro y casi me atrevería a decir el 99,9 % de los puestos de los equipos directivos. Labor constante y meritoria de la izquierda y de quienes se saben fuertes en ese medio pseudointelectual pero tambien clamorosa dejación de la derecha, dícese democrática, y liberal que se entretiene con cuestiones tales como la niña angloparlante y la memez de los institutos angloparlantes en vez de defender la excelencia académica. Sobre todo si esta le supone cuestionar los postulados progres.
Esperanza haciendo esto y desaparecida en el acto cívico del 6 de Noviembre, Rosa Díez dando largas, que no explicaciones, a su ausencia del mismo acto ... ¿qué nos queda a nosotros simples pecheros ya?.

jaime_ba dijo el día 27 de Noviembre de 2010 a las 08:14:

Si alguien quiere evolucionar intelectualmente, no le queda otro remedio que emigrar fuera de España, o bien opositar a la Admon. y hacer su vida lejos de cualquier trabajo relacionado con la docencia a cualquier nivel, catequesis parroquial incluida.

Y si, además, quiere decir lo que piensa, no le queda más remedio que crear un blog independiente -lejos de cualquier portal- en sitios como WordPress (mejor que en Blogger, ya que "bloquea el acceso" a los blogs más políticamente incorrectos, especialmente a aquellos contrarios al aborto).

Del Rey al vasallo, esta panzona España nuestra de lobos caciquiles y borregos sectarios obedece religiosamente el gran mandato porcino: amarás el fango sobre todas las cosas y a la piara como a tí mismo.

Así, no es de extrañar lo de ZP; lo de la "hunibersidáz" Carlos III (un rey tan realmente "iluminado" que, al acabar con los jesuitas en España, sumió a nuestro país en el más profundo de los analfabetismos); ni lo de los "discretos" pero eficacísimos traidores a la patria que Napoleón enquistó en España (traidores que, tras su restauración y hasta su desaparición, la Santa Inquisición borbónica se negó reiteradamente a denunciar).

Sin moral personal, no hay lucha por el bien común. Sólo hay lucha por la supervivencia, por el poder, por el dominio, por el control de los demás. En esta época de sectarismo, la moral se pervierte asociándola al interés personal y del grupo al que se pertenece. Lo demás, incluida la verdad, pasa a un segundo plano.

A fin de cuentas ¿qué es la verdad? Pues la correspondencia de lo dicho con la realidad, claro. Pero eso ¿a quién le importa...? Por lo que se ve, le importa a vd., sr. Moa.

Pues ya somos dos.

Gracias por su integridad intelectual, más allá de cálculos e intereses personales o de grupo.