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Por qué los peores llegan y permanecen en el poder

Los partidos se han convertido en unas oligarquías que sólo pretenden servirse a sí mismas: entre el candidato preferido mayoritariamente por la militancia y una desconocida, se elige ponerle la mordaza a la militancia.

Deveraux dijo el día 4 de Enero de 2011 a las 12:43:

#Orinoco,

Sí, vale, no soy un ingenuo, ni me "engaño", ni tu me enseñas nada que no sepa. Ya vale de hacer concursitos de a ver quien es "el menos ingenuo".

Yo comento las cosas como son, no hablo de como debería ser porque resulta que "nada es perfecto" y todo lo que hagamos, nos pilla el toro siempre. Y sobre todo, hablando un foro de estos.

loboe dijo el día 4 de Enero de 2011 a las 12:34:

He de reconocer que me ha dado un subidón al toparme con el titular del editorial. La razón es que se trata de un asunto sobre el que he meditado mucho y que creo del máximo interés, no solo en el ámbito político al que se circunscribe el artículo, sino en todos los órdenes de la actividad humana, ya que por razones obvias el hecho en sí es de enorme trascendencia.

Quizás las expectativas iniciales por mi parte hayan sido infundadas, pero me ha decepcionado comprobar que el editorialista solo se refiere al ámbito político y además no explica las verdaderas causas del fenómeno, ya que se limita a una mera constatación de hechos conocidos de antiguo, que incluso han sido enunciados humorísticamente en forma de postulado como el conocido principio de Peters: “todo hombre asciende en la escala hasta alcanzar su máximo nivel de ineficacia“.

Ciñéndonos al caso del artículo, empezaré diciendo que la razón de Hayek me parece parcial e incompleta. No solo a la honestidad y a la prudencia puede achacarse que los incapaces alcancen el poder y estoy seguro que muchos lectores recordarán pasajes de sus vidas en los que incluso optando por el puesto gente verdaderamente preparada y capaz, han sido eliminados a favor de los menos capaces o preparados y conste que no siempre pueden aducirse explicaciones tan simples como el “enchufe”, la necesidad del jefe de alguien que no le haga sombra; de los estamentos directivos de colocar personas no conflictivas, dóciles, que no creen problemas o planteen cuestiones inconvenientes.

Respecto a la razón aducida por el editorialista, el hecho de que la elección de los cargos se realizara por procedimientos democráticos, solo supondría un marchamo de legitimidad a los mismos -lo que no es poco-, pero en modo alguno garantizaría la elección de los mejores o más capaces. Creo que darlo por hecho por el simple efecto de cambiar el procedimiento de elección es un craso error, ya que a consecuencia del fenómeno -cuyas verdaderas causas están por descubrir-, los menos capaces generalmente gozan de unas habilidades sociales más desarrolladas que sus contrarios -quizás por un principio de suplencia- lo que les permiten situarse más fácilmente en los puestos privilegiados o muy cerca de ellos. En realidad y la experiencia lo demuestra, existe cierto tipo de individuos que parece gozar de una extraordinaria capacidad para sobrenadar como el aceite, de modo que siempre y en cualquier circunstancia, por mucho que se agite el frasco, a poco aparecen en la superficie.

No es mi intención y tampoco dispongo de la capacidad ni el tiempo para desentrañar aquí las causas últimas del fenómeno o establecer una teoría general sobre el mismo -aunque ya me gustaría-, pero sería de la mayor importancia desentrañar el misterio para poder establecer no solo el diagnóstico sino la terapia adecuada a esta plaga que asola a la humanidad. Importancia que se ve subrayada por el hecho de que el asunto enlaza directamente con la gran cuestión de la res pública. Me refiero al hecho de que la democracia sea comúnmente aceptada como la menos mala de las soluciones conocidas y convendrán ustedes conmigo en que descontando algunas honrosas excepciones, en vista de los últimos “productos” de la factoría democrática, no solo en España sino en muchos otros países, deberíamos darnos prisa en encontrar mejores soluciones. Ya lo he señalado en alguna otra ocasión, pero insisto: creo que nos va en ello la supervivencia.

jkl127 dijo el día 4 de Enero de 2011 a las 12:30:

Nadie puede darse por sorprendido y menos los economistas y los políticos. El problema de las oligarquias de los partidos de que se habla en la editorial está archiestudiado en los manueles de economía, y se conoce como "El problema de Agencia". Trata de que la política económica de las grandes empresas la marcan y desarrollan los directivos, y la hacen sesgada en beneficio propio (no ser despedidos, ganar mas, elusión de impuestos, etc), y no necesariamente en beneficio de los accionistas auténticos dueños de la empresa.
Esto deberían saberlo los políticos que se dedican a la cosa, y yo creo que lo saben, lo que ocurre es que no dicen nada en la esperanza de llegar ellos mismos a directivos y actuar en su propio beneficio entonces.
Los que desde luego no lo saben son los electores que además se encuentran adormilados por el soma que les suministran los políticos con la ayuda de los medios de comunicación, tales como "el dinero público no es de nadie" (Pizxie y dixit, dixit). ¡Si encima de no saber del problema saben que no es suyo el dinero, razón de más para preocuparsew menos!.

Pospores dijo el día 4 de Enero de 2011 a las 12:15:

Los peores y los más mentirosos.

Y encima en el PP, como ocurre en mayor medida, se han unido a la "espiral de silencio" en las CAs donde hay lenguas cooficiales y los consiguientes nacionalistas (de todos los partidos, parafraseando al Hayek). Basta con que les digan que son enemigos de no sé qué identidades (nazionales) o lenguas para que enseguida digan que ellos son los primeros en defender postulados liberticidas y delirantes.

Creo, además, que en el editorial se han olvidado de otra característica muy perniciosa en el régimen partitocrático español, y que es tan lesivo o más que la falta de democracia en los partidos, y que es lo que, en realidad, blinda el "régimen"(Jorge de Esteban y Enrique Gimbernat se refería a ello en un brillante artículo en El Mundo titulado "Un crimen perfecto" localizable en internet sin más que teclear el título en el buscador, aunque en el artículo no se analizan todos los aspectos del problema). Me explico:

1) Reproduzco en primer lugar parte del artículo citado, donde ya se explica muy bien qué pasa con el Defensor del Pueblo: "Ello es así porque, por una parte, el TC no puede actuar de oficio y porque, por otra, teniendo en cuenta la situación política española realmente existente, hay que descartar que alguno de los órganos legitimados para interponer un recurso de inconstitucionalidad (art. 32 LOTC) decida hacerlo. El presidente del Gobierno, ciertamente, no va a acudir al TC, porque es precisamente la instancia máxima de uno de los dos partidos -el PSOE- que ha promovido la reforma de la LOTC; tampoco van a interponer ese recurso -a pesar de estar legitimados para ello- cincuenta diputados o cincuenta senadores, ya que sólo el PSOE y el PP -es decir: precisamente los dos partidos que han cometido el «crimen»- disponen de un número tan amplio de parlamentarios; que el Defensor del Pueblo formule ese recurso parece -con todos nuestros respetos para esa institución- también inverosímil, porque, por lo que alcanzamos a ver, ese Defensor nunca ha puesto en cuestión la constitucionalidad de una ley aprobada por los dos grandes partidos, y porque, su nombramiento o, en su caso, su renovación, depende siempre de que esos dos partidos se pongan de acuerdo para su designación, ya que ésta requiere la votación favorable de las tres quintas partes del Congreso y del Senado; finalmente, ni los Gobiernos ni los Parlamentos de las Comunidades Autónomas pueden recurrir ante el TC una reforma como ésta, ya que sólo están legitimados para cuestionar la constitucionalidad de una norma cuando ésta puede afectar a su ámbito de autonomía."

2) Tanto las leyes nacionales como las autonómicas no son impugnables ante el TC por un ciudadano, ni por parte de un grupo de ciudadanos por muy numeroso que sea. La iniciativa legislativa popular está restringida a asuntos menores (las materias que no precisan de Ley orgánica para legislar sobre ellas), y en las CAs con lengua cooficial también se reserva esa iniciativa para cuestiones que no sean de desarrollo de aspectos "fundamentales" del Estatuto, y la "lengua" siempre se considera dentro de esa categoría. Es decir, estamos vendidos los ciudadanos a las oligarquías políticas totalmente porque ni siquiera se nos permite que obliguemos a "nuestros representantes" a mojarse sobre cuestiones que restringen nuestra libertad.

3) Para acabar de rematar la "jugada" partitocrática, resulta que se nos hurta también la posibilidad de convocar un referéndum – y ya no pido que fuese vinculante - sobre cualquier asunto de interés político, ya que no está previsto que presentando un número razonable de firmas (pongamos uno o dos millones, que no es moco de pavo), esté obligada su convocatoria por parte del Gobierno, de manera que las oligarquías partitocráticas quedasen con el trasero al aire. Vale que se excluyan asuntos fiscales; pero no los demás. Por ejemplo, ¿se imaginan que se lograse convocar un referéndum para que se garantizase constitucionalmente la posibilidad de estudiar en español en cualquier parte de España? A ver qué iban a hacer estos desvergonzados ante los más que previsibles y aplastantes resultados. La tentación de no capitalizar políticamente ese resultado sería irresistible. Y para esto basta el voto de 3/5 del Parlamento si no se introduce en el núcleo “duro” de la CE. ¿Y que tal si se pregunta que las competencias en educación pasen a ser exclusivas del Estado central? También bastarían esos 3/5. Y podría sugerir otros temas.

Esto no es una democracia. Estamos “secuestrados” por una partitocracia dirigida por unos ineptos sinvergüenzas que van a lo suyo.

Arra dijo el día 4 de Enero de 2011 a las 11:36:

Es muy bueno este editorial

Orinoco dijo el día 4 de Enero de 2011 a las 10:38:

Deveraux

Ni el PSOE es un partido democrático por haber hecho primarias en Madrid ni el PP lo es por haberlas hecho en Baleares. No te engañes. Además, es muy relativo que el PP hiciera primarias en Baleares, por esa regla de tres también se hicieron en el congreso de Valencia y no fue así. Losm partidos sólo serán democráticos cuando elijan a todos sus candidatos mediante primarias, y nunca ocurra lo de Cascos en Asturias o lo de Asunción en Valencia.

Saludos.

Espon dijo el día 4 de Enero de 2011 a las 10:12:

¿Cómo pueden decir que Cascos es el mejor? ¿En qué, en pactar con el PNV y con CIU, y reclamar a Iturgaiz que se disculpara ante Arzallus y echar a Vidal Cuadras de la presidencia del PP en Cataluña, o ponerse ahora en plan nacionalista asturiano? Ponen los pelos de punta declaraciones pasadas de este señor: "Creo en la buena voluntad del PNV y en su compromiso con el final de la violencia" o "El PNV tiene una trayectoria democrática de muchos años que permite asegurar que rechaza la violencia y establece nítidamente una barrera de independencia respecto a cualquier estrategia de ETA". Y es que el señor Cascos estaba montando un negocio informático junto al ex presidente de la Fundación Sabino Arana. Mirenlo en las hemerotecas, que yo no me invento nada, recurro a Internet, que está al acceso de cualquiera.

Deveraux dijo el día 4 de Enero de 2011 a las 10:05:

Interesante visión, acertada creo. El tema se resolvería muy fácilmente si fuera obligatorio unas primarias abiertas a todos afiliados cuando haya más de un candidato a unas elecciones.

Incluso un partido tan monolítico como el PP hizo primarias (en Baleares en marzo pasado)y por los visto es algo que no recuerda nadie.

El tema fue perfecto aunque yo apoyé al candidato que perdió pero a cambio se evitó un cisma ridículo como en Asturias, el candidato ganador está legitimado ante las bases y el que perdió tuvo que aceptar su derrota.

Los del PP siguen sin aprender nada y siguen haciendo el ridículo allá donde la ocasión se presente.

ulisesga dijo el día 4 de Enero de 2011 a las 08:56:

Estas situaciones se han dado siempre en todas las civilizaciones y pueblos relatadas sin ir mas lejos en todo el Antiguo Testamento, parece como si las dudas y las negligencias fueran poco a poco alimentando el miedo o dejando de nutrir a la esperanza, y ello diera origen a la desilusión. De la misma forma cuando se atisba la desesperanza, aparecen como para corregir el desequilibrio rasgos de corrección y enderezamiento de lo debilitado, una poda continua. Una historia que se repite; la duda nos enferma y la esperanza nos da fuerza y salud. No creo que se puedan hacer leyes o constituciones inviolables y perfectas, mas bien debe cambiar nuestra actitud ante la resolucion de conflictos personales y colectivos, ignorando el temor y abriendo las ventanas al encuentro, a la renovación, a las opiniones constructivas y reparadoras de pensamientos negativos.

tinin dijo el día 4 de Enero de 2011 a las 04:48:

Pues ese es el problema, que los políticos sólo reclaman democracia interna cuando conviene a sus intereses. Y si no conviene, no quieren saber nada, como nos recuerda la historia del mismo Aznar. La asignatura "educación para la ciudadanía" debería enseñar a la gente, desde pequeña, principios como ése. Pero los políticos no se van a querer dar cuenta de nada: ese tipo de transformaciones creo que sólo llegan por la vía traumática.

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