Sr. Moris:
Primeramente un abrazo muy fuerte por ser mañana el 7º aniversario de la pérdida de su hijo.
Nadie como yo, conoce el dolor y la impotencia que siente un padre ante la muerte de un hijo, pues yo también perdí una hija con 19 años de un inesperado derrame cerebral. Mi solidaridad y comprensión con su dolor.
En diversas ocasiones me he expresado en los comentarios de sus artículos y no me voy a repetir hoy, pues conoce mis teorías forjadas por toda las noticias sobre este luctuoso asunto, que procesadas por mi sentido común, expresan una versión lógica de los acontecimientos criminales, sus consecuencias y su explotación por el indigno partido político, hoy en poder, que salpicó mancillando, por intereses electorales, el honor y la honradez de mucha gente, para que se encontraran rápidamente pistas "islamistas" a las que achacar las explosiones y de de esta manera justificar sus críticas destructoras al, entonces, gobierno de la Nación. Esto, por los egoísmos humanos se puede hasta comprender. Lo que no comprendo ni perdono es la canallería demostrada de ciertos miembros de la policía (P) y de la justicia (J) que han sido los cómplices necesarios (y ascendidos) para seguir manteniendo lo de la farsa islamista con tal de justificar el comportamiento desleal con el PP de ZP y Rubalcaba, los días 11-12-13-14 de Marzo del 2004, QUE SUPUSO ADEMÁS, la impunidad, ¡el indulto!, hasta nuestros días, de los verdaderos asesinos, recompensados, como hemos estado viendo por los irresponsables ganadores, como han demostrado ellos mismos, sobradamente.
Le reitero mis más sentidas condolencias.
C.V.
"Sin la masacre del 11-M ¿tendríamos en el 2011 la España que tenemos?".
D. Gabriel qué pregunta tan elocuente. Todos los españoles deberíamos meditar unos minutos sobre ella. Fácil es llegar a comprender a través de ella, analizando la situación de nuestra sociedad civil, el enorme poder destructivo del mal, cuando no se le combate con igual cantidad de Bien.
Ese Bien tiene que aportarlo la sociedad y en este caso solo puede consistir en el compromiso inquebrantable con las víctimas en su exigencia de Justicia hasta el total esclarecimiento de la verdad.
Cada vez somos mas las personas de bien, que simplemente no olvidaremos lo inolvidable.