Las relaciones exteriores de España debieran ir encaminadas a HispanoAmérica y si eso hacia Italia y Grecia por ser los auténticamente mediterráneos. Hacer la política de seguimiento (lameculismo) a los que son nuestros enemigos (¿cómo calificar a quien tiene invadido un pedazo de tu tierra?) o malos amigos (Francia) es de zopencos, inutiles y comodones. Para eso sería mejor ser amigos de Alemania, que tarde o temprano reclamará lo que es suyo y pudiera haber apoyo común.
Pero lo que es de sentido común es que España debe cuidar ante todo la Hispanidad.
¿Soy el único que ve en el apoyo a la guerra de Libia el pago por el sillón en aquella reunión del G20?
Estando de acuerdo con que la posición exterior de España tiene que ser mucho menos dependiente de los países grandes del mundo occidental, el ejemplo suizo no me parece totalmente atinado.
Suiza no hace mucho hizo el ridículo ante Gadafi, quien secuestró a dos suizos, en 2008 (más referencias en mi comentario número 2 en su Blog).
Por otra parte, aunque Suiza no es miembro de la UE, a efectos prácticos es como si lo fuera, toda vez que tiene firmados más de 100 tratados bilaterales con la UE, que hacen que en la práctica ya esté en la Unión, por estar hasta está en el espacio Schengen.
¿ No será que Sarkozy puede demostrar la implicación de los servicios secretos franceses en el 11M, después de que Been, con el PP todavía en el gobierno, fuera a lamerle las botas a Chirac y a hacerle un encargo ?
Si no, no se explica la sumisión perruna a Francia del bobo-traidor de la Moncloa, más aún, cuando Sarkozy no es santo de devoción de ZP.
Hay que pagar los favores a los hermanos de logia y si hay que ir a la guerra, se va, no vaya a ser que Francia se mosquee y saque los papeles .
Pío, me cuesta disentir -en este caso, notablemente- de Vd; aunque, por la naturaleza filosóficamente "gaseosa" del tema que hoy ha elegido para su artículo, el disentimiento " ça va de soi", y es perfectamente compatible con la afección personal que le profeso. Siguiendo en cierto modo a Ortega, la esencia de lo español, por generalista y universalista, se opone a la de lo suizo, por particularista y localista. No cabe, pues, ningún paralelismo ni convergencia, sino divergencia. A mi parecer, como geo-estrategia para los españoles presentes y venideros estaría más acertada si se centrara en el espacio mediterráneo. Bien es cierto que desde el siglo XVIII y hasta ahora en ese espacio hemos sido arrinconados por Francia e Inglaterra; pero acaso ha llegado el momento de que unos y otros dejemos de lado estrechas políticas arqueo-nacionales y converjamos en el esfuerzo por el desarrollo humano, político, social y económico de la región a la que pertenecemos en el contexto mundial. Naturalmente, pienso como aquellos que consideran que, en adecuados marcos de convivencia, las diferencias culturales, no son obstáculos insalvables, sino enriquecedoras.
Con afecto y respeto.
Es, don Pío, una idea a tener en cuenta, pero que tiene, a mi juicio, un problema casi insalvable, dada la actual casta política que nos malgobierna: necesitaríamos un ejército de verdad, que intimidara al enemigo moro y, de paso, al inglés usurpador, cerrando la verja de Gibraltar y controlando (de verdad) las aguas del Estrecho. El gobierno del héroe del 11M ha rebajado el presupuesto de Defensa año tras año, para rematar la faena poniendo a una separatista catalana rubianesca al frente de la cosa, para mofa y escarnio de los españoles. De Mariano no espero nada bueno en este asunto, así que me temo que nunca seremos Suíza.