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Los jueces del TC desmontan la sentencia

Los votos particulares nos reafirman en lo que ya sospechábamos. La sentencia del Constitucional ha sido consecuencia de un arreglo político no confesado entre la propia ETA y el Gobierno.

Senex dijo el día 11 de Mayo de 2011 a las 15:27:

oicnanev, ha logrado Vd. que me sienta incómodo en el uso/abuso de este espacio periodístico. Si me hubiera expresado bien, tal vez Vd. hubiera leído que la sangre derramada era un elemento importante, aunque yo hacía abstracción explícita de él, en la situación que se comentaba.
Depende de donde cada uno nos situemos, podemos distinguir, o no, entre fe religiosa y fanatismo. Así que, a elegir. Yo me he inclinado por calificar particularmente de fanáticos a los musulmanes que invadieron Hispania y, por extensión, a los nacionalistas vascos que asesinan a sus oponentes por razones ideológicas étnico-culturales.
Por camino arduo quería expresar, algo elípticamente, el desarrollo, a modo de nueva religión, del orgullo y de la conciencia nacional entre los españoles. Como Vd. lo considera "UN TANTO COCHINO", me debo haber pasado de elipsis; o tal vez, no. Vd. sabrá. En cualquier caso, gracias por su interés.
Atentamente

oicnanev dijo el día 11 de Mayo de 2011 a las 00:58:

Muy interesante, Senex. Muy interesante. Los unos tienen fe religiosa. Los otros son fanáticos. ¡Vaya, vaya! Pero casualmente la sangre derramada es la que tiñe de rojo violento el problema. Pero ¿qué problema? ¿Cómo reducir a un anónimo problema algo por lo que se derrama sangre inocente y en tal profusión? Los nacionalismos tienen su cauce democrático pero pierden toda legitimidad cuando se apoyan en la pistola o la bomba lapa. Y los que pierden legitimidad, deberían se ilegalizados inmediatamente. ¿Arduo camino? CAMINO UN TANTO COCHINO. Lo siento.

Senex dijo el día 10 de Mayo de 2011 a las 21:35:

Punt: Vale. En mi comentario había obviado medidas y circunstancias a corto plazo, para orientarlas en las de más largo alcance; en cierto modo, utópicas. Puede ser, y así lo pienso yo, que exista cierta oposición pragmática entre el corto y el largo plazo, y en este caso yo me incline, por circunstancias personales absentistas, por el segundo. Le agradezco su atención.
Atentamente.

Urdin dijo el día 10 de Mayo de 2011 a las 20:16:

Despues de la estupefacción se impone reaccionar. Si el TC ha violado la ley resulta imperativo denunciarlo en los Tribunales, como la violación del TC no se refiere a un hecho de constitucionalidad o no si no de competencias jurisdiccionales, en principio correspondería juzgarlo al TS. Como no hay máxima instancia de arbitraje y nos vienen acostumbrando que al "poder moderador" al rey no hay que desgastarlo nuestra sociedad prefiere que se desgaste el Estado antes que molestar a su majestad y aunque el quisiera intervenir el parlamento ya ha hecho los reglamentos oportunos para vaciar de contenido ese brindis al sol que en nuestro Constitución dice que que el rey arbitra y modera dejandolo en una frase vacía, en una de esas tonterías que se dicen cuando se pretende quedar bien sin decir nada y dejar a los niños o a los tontos con la boca abierta. Y mientras España se hunde.

punt dijo el día 10 de Mayo de 2011 a las 17:49:

Hace un rato que lo he enviado, pero parece que aún no sale, reenvío:

[Senex] Es una forma de verlo. Aun así, es sencillamente inadmisible que en unas elecciones se presente una organización terrorista, independientemente de que comparta una determinada ideología tal vez más peligrosa en el largo plazo. Y que sea una instancia como el TC quien abra las puertas es más inadmisible aún si cabe.

Por otra parte, los nacionalismos secesionistas gozan del favor o de la comprensión de muchos que, de forma insensata, creen que la tolerancia es un valor absoluto que se ha de extender a cualquier cosa, incluso a los intolerantes cuyo objetivo es la destrucción de los tolerantes (véase la "Paradoja de la Tolerancia" de Popper: "la tolerancia infinita sólo puede llevar a la destrucción de los tolerantes").

El terrorismo, en cambio, es un fenómeno tan sangrante que no encuentra ese mismo apoyo entre los que alardean de su mal entendida tolerancia, sino únicamente entre los radicales que quieren imponerse a sangre y fuego.

Es por ello que la focalización sobre la faceta terrorista del nacionalismo (tanto del vasco como del catalán y gallego) es una vía probablemente más eficaz de combatirlos, puesto que cuenta con la adhesión de esa mayoría buenista, tan melindrosa y tiquismiquis con el respeto a sus propios enemigos encarnizados, respeto que jamás será recíproco.

Además, se cuenta con la ventaja añadida de que quienes comparten ideología con los terroristas tienen contadas ocasiones de oponerse en público a los asesinos, y casi siempre por orden de éstos, para mantener las apariencias. Es por ello relativamente fácil destapar las numerosas ocasiones en que los supuestos "demócratas" colaboran con los terroristas debido a su comunidad de intereses.

De todos modos, coincido con vd. en que no se debe focalizar tanto todo sobre el hecho terrorista, ya que se corre el riesgo de que la mera ausencia de pistolas haga que esa mayoría borreguil acepte lo inaceptable, como de hecho se ha visto con muchos respecto a Bildu, a quienes aceptaban sin chistar viendo que se habían echado harina en la pata lobuna por medio de una tímida y acordada crítica a la violencia etarra.

Un saludo.

punt dijo el día 10 de Mayo de 2011 a las 15:28:

[Senex] Es una forma de verlo. Aun así, es sencillamente inadmisible que en unas elecciones se presente una organización terrorista, independientemente de que comparta una determinada ideología tal vez más peligrosa en el largo plazo. Y que sea una instancia como el TC quien abra las puertas es más inadmisible aún si cabe.

Por otra parte, los nacionalismos secesionistas gozan del favor o de la comprensión de muchos que, de forma insensata, creen que la tolerancia es un valor absoluto que se ha de extender a cualquier cosa, incluso a los intolerantes cuyo objetivo es la destrucción de los tolerantes (véase la "Paradoja de la Tolerancia" de Popper: "la tolerancia infinita sólo puede llevar a la destrucción de los tolerantes").

El terrorismo, en cambio, es un fenómeno tan sangrante que no encuentra ese mismo apoyo entre los que alardean de su mal entendida tolerancia, sino únicamente entre los radicales que quieren imponerse a sangre y fuego.

Es por ello que la focalización sobre la faceta terrorista del nacionalismo (tanto del vasco como del catalán y gallego) es una vía probablemente más eficaz de combatirlos, puesto que cuenta con la adhesión de esa mayoría buenista, tan melindrosa y tiquismiquis con el respeto a sus propios enemigos encarnizados, respeto que jamás será recíproco.

Además, se cuenta con la ventaja añadida de que quienes comparten ideología con los terroristas tienen contadas ocasiones de oponerse en público a los asesinos, y casi siempre por orden de éstos, para mantener las apariencias. Es por ello relativamente fácil destapar las numerosas ocasiones en que los supuestos "demócratas" colaboran con los terroristas debido a su comunidad de intereses.

De todos modos, coincido con vd. en que no se debe focalizar tanto todo sobre el hecho terrorista, ya que se corre el riesgo de que la mera ausencia de pistolas haga que esa mayoría borreguil acepte lo inaceptable, como de hecho se ha visto con muchos respecto a Bildu, a quienes aceptaban sin chistar viendo que se habían echado harina en la pata lobuna por medio de una tímida y acordada crítica a la violencia etarra.

Un saludo.

Senex dijo el día 10 de Mayo de 2011 a las 10:32:

Constato que tengo diferencias de criterio aparentemente importantes, pero que acaso sean más de matiz que de fondo, con las líneas editorial y de opinión de LD en relación con la problemática de ETA. En general, en éste y en otros medios, el problema esencial de la estructura nacional, y de su existencia, está focalizado -para mí, erróneamente- en ETA, cuando debería estar en los nacionalismos -entendidos al modo del catalán y del vasco en España-. Al respecto, no soy el único que, si se pudiera prescindir de la sangre derramada o por derramar, opina que el estado del problema es más grave en Cataluña, sin terrorismo, que en Euskalerría, con violencia . Si aquel fuera el verdadero foco del problema, una sentencia del TC que ilegalizara Bildu, dejando soterrado el auténtico mal, podría ser tomar un atajo en una cuestión que, como bien se suele decir, no lo admite. Si se me permite un parangón histórico medieval: Los cristianos hispánicos fueron capaces de derrotar a los musulmanes andalusíes cuando la fuerza de su fe religiosa superó al fanatismo de los otros. Mutatis mutandi, ése sería mi arduo camino.