Lo que de todos es sabido, pero, por que lo dijo aquel calzacarros que fuera fundador de la PSOE., Pablo Iglesias de infausto recuerdo para está Nación y, que además se permitió el lujo de atravesar los lumbrares del Congreso de los Diputados amenazando de muerte al presidente Antonio Maura. Estaremos en la legalidad si la legalidad nos conviene, y actuaremos contra la legalidad si asi nos viene bien. Si Maura llega a la presidencia del Gobierno iremos al atentado personal. (EsRadio, Federico y César sobre Pablo Iglesias) Tanto en aquella, como en esta PSOE., aseguran ser los más honrados- y, yo tengo un botijo que hace el agua fresquita en invierno-, dicen, que llevan cien años de honradez por lo menos, y han vastado cinco minutos para que un juez que quiere hacer justicia como es su deber, derrumbe toda su parafernalia. Asi como, mirar un poco por encima las cuentas que han dejado donde mandaban, para saber cuan honrados eran y son. Desde el punto de vista de la perspectiva son pura fachada. Dentro no hay nada. Muy bien Doña Cristina.
Por cierto, Cristina: ¿Qué le parece lo de Pumpido, el de las togas manchadas por el polvo del camino (el camino del poder, se entiende) y siempre a mayor gloria del PSOE? Ahora Pumpido se nos descuelga del árbol con la ideica de la adhesión ideológica, una figura grotesca que parece parido por Pepiño Blanco, jurista sin acabar. Los polis procesados son socialistas, y la ETA es socialista. El PSOE es socialista y la ETA también. No sólo hay adhesión ideológica sino identidad ideologica y puede ser demostrada. Durante el tardofranquismo, PSOE y ETA iban de la manita en manifas contra la UCD. Y el PSOE pactaba con Batasuna sin problemas hasta que ETA mató al primer socialista. He ahí un precedente para demoler el ardid que se ha sacado de la manga el lacayo Pumpido, hombre del PSOE hasta la tumba politica.
El fin justifica los medios. Los medios ya sabemos cuáles son: una ayudita a la ETA que aleja su necesaria derrota. Es feo. Pero, ¿cuáles son los fines? ¿Facilitar un proceso de paz en el que a base de darles esa nimiedad de la independencia los etarras se vuelvan buenos? Por favor, ¿cómo podemos ser tan ingenuos? El fin del caso Faisán es, dentro de la aceptación de que la ETA es un actor político más en el tablero político español, sobre el que no cabe plantear objeción sobre sus métodos, tener a ese actor de su parte en el juego de obtención y mantenimiento del poder