Lo que el Sr. Keynes no tuvo en cuenta es el "megalatrocinio" que se produce en España en cada proyecto de gasto público.
Este dinero sale de las arcas y no produce nada, ya que va a parar directamente a multitud de bolsillos del pesebre.
Imagino que las ideas del Sr Keynes serían las de, a fuerza de gasto público, hacer que las empresas produzcan bienes y servicios que a su vez, crean el ambiente tanto de infraestructuras como de movimiento de capitales, que sean como una especie de motor de arranque de la economía.
Pero este señor se olvidó del factor humano. El ser humano, si no tiene unos valores morales muy elevados, es profundamente egoísta y sólo le importa una cosa: Yo, mi me, conmigo.
Y le importa un pepino si se hunde el país o hay tropecientos millones en el paro, mientras él pueda seguir chupando del bote.
Mientras esto no se tenga claro y se incluya en las políticas a implementar, sólo se obtendrán fracasos, como se ha demostrado por ejemplo, con el Plan E.
Por eso, creo que la mejor inversión que puede hacer un estado, es en educación y en valores. Desgraciadamente en España desde Felipe, se ha impuesto la destrucción de los valores como objetivo y se aprecian medidas de ingeniería social destinadas a destruir todo lo que ha sido el valor del esfuerzo y mérito y todo tipo de freno moral.
Así nos va en España; todos quieren ser funcionarios y no dar ni chapa. Todos quieren una pensioncita y a vivir del cuento. Y el que está al frente de los bienes públicos, a llevarse lo que pueda.
Por eso nos va bien con el PP y mal con el PSOE, porque los primeros, en conjunto tienen más educación técnica y más formación moral, y los segundos de media, menos formación técnica y poca formación moral, por lo que el egoísmo, que es la raíz de todos los males, está más arraigado en éstos, abocando a una situación de pobreza del país cada vez que gobiernan.
Los del PP roban, pero se autocontrolan, y lo que dejan, lo gestionan mejor por su formación, pero los del PSOE esquilman y con lo poco que dejan, no hacen más que tonterías (subvenciones al cine, alianza de civilizaciones,...), como demuestra el elenco de cerebros privilegiados que forman el Gobierno de España.
Sí, el endeudamiento es creativo, pero se hipotecan los recursos futuros haciendo de estos -valga el simil- una bola de nieve cuesta abajo, que engorda hasta proporciones que la hacen estallar.
Sirva este otro ejemplo práctico para reconducir las conductas de los políticos que administran los recursos del Estado:
Supongamos una balsa de riego, con 100.000 litros de agua con dos tuberías. Una de llenado y otra destinada para regar.
La de llenado fluye constante con un caudal de 1.000 día.
Por la tubería de riego salen 2.000 litros día, capaces de regar una finca de 10.000. de m2.
Siendo imposible bombear más de 1.000 litros al día al cabo de 50 días la balsa quedará con 1.000 litros al día y por tanto, dejará de regar el 50% de la superficie que antes regaba. Esta circunstancia obligará al regante a limitar los días de riego a la mitad (es decir a ahorrar agua) o a pedir a un vecino que le venda los 1000 litros diarios que necesita que los tendrá que pagar.
Los políticos españoles carecen de sentido común y gastan mucho más de los ingresos del Estado y tienen que recurrir a otros países que les cobran altos intereses que terminan por hacerse impagables.
Las doctrinas de izquierdas para prevalecer sobre las demás, han venido utilizando la subversión, el crimen y la revolución, pero llegó el socialismo de ZP y cambió la técnica sangrienta tradicional para imponerse: Empobrecer al Estado, hacerlo inviable económicamente, hasta el punto de recurrir como parche, a la transformación de la sociedad en famélica legión, que desesperada, implora el pan de cada día a los "salvadores" a los comisarios políticos, a los falsos profetas, que gozarán en exclusiva de los privilegios y las abundancias.
Por eso a los izquierdistas les sobran los curas y la religión, porque quieren sustituirlos con sus dogmas totalitarios.