Excelente artículo.
Es la muerte (¿provocada?, ¿inducida? ¿natural e independiente del entorno?) de una persona decente, tal vez porque no se nos explican según qué cosas. Y si existía una cierta predisposición de debilidd mental...
Por si acaso, para evitar esas ´presuntas´ "consecuencia de los impactos emocionales sobrevenidos por una lluvia caótica de sucesos" le pedimos a los políticos actuales también, que no sean tan parcos en aclararnos según qué cosas.
Perdónenme, pero en ese sentido se han escrito dos artículos ("La Sanidad no se arregla con el copago" y "Señor Wert, ¿quiere, por favor, decirnos por qué?" , en
http://blogs.periodistadigital.com/cajondesastre.p...
y
http://blogs.periodistadigital.com/cajondesastre.p...
que quizá les agrade leer.
Que don Juan Pérez Gómez descanse en paz.
Interesante, acertada descripción e, incluso, por qué no, tiene todos los ingredientes para haber sido verdadera.
Nuestros políticos se han convertido en una casta desalmada que desprecia y trata con desdén y lejanía a sus votantes, acordándose de ellos simplemente cuando les hacemos falta, después, una vez alcanzados los objetivos previstos, se acabó.
No es normal lo que ocurre; no es normal que los ministros, algunos, sólo hablen en el extranjero; no es normal que el actual Presidente de Gobierno no salga a dar explicaciones, a dar cuentas e informar a los ciudadanos, de cómo está la panorámica actual.
Siempre ha sido un problema muy importante en el PP la comunicación, ha sido normalmente mala, ahora es caótica y desastrosa, dando la sensación de que están entre muy asustados y desconcertados o, ambas cosas a la vez; el oscurantismo da lugar a rumores, elucubraciones y es el caldo perfecto para la agitación y la propaganda, algo que otros partidos bordan. O el PP despabila, o veremos días complicados, me atrevo a decir que incluso trágicos que pagaremos los de siempre, está claro.