Menú

Entre los trapicheos de Urdangarin y los elefantes de Botsuana

No podemos dejar de destacar el contraste que ofrece este malestar de muchos ciudadanos y medios de comunicación por la cacería de elefantes con el silencio mantenido ante episodios en los que el Rey ha descuidado su papel de manera mucho más criticable.

Lluvioso dijo el día 18 de Abril de 2012 a las 19:59:

Creo que, una vez ha pedido disculpas, debenos aceptarlas. Asunto olvidado. Estoy de acuerdo en lo de los errores anteriores del Rey.

Marodel dijo el día 18 de Abril de 2012 a las 15:47:

Muy bien dicho, Hein. Su comentario es un soplo de aire fresco entre tanta miseria.

JoseARui dijo el día 18 de Abril de 2012 a las 13:30:

PARA HEIN. ¿Tú eres hein, o eres el monarca que has venido aquí a defenderte a base de mentiras?. ¿O eres del ABC, o de los servicios de prensa del rey que has venido aquí a defender al rey de sus sinvergüencerías? Háblanos de las amiguitas que ha tenido al rey que es más larga que la lista de los reyes godos, háblanos de su descomunal fortuna, según Forbes, y de como la ha conseguido, háblanos de lo que dice hoy LD sobre los correos de Urdangarín, háblanos de sus amistades peligrosas, unas en la cárcel y otras que no han entrado por intervención del rey ante los jueces como paso con los albertos.

JoseARui dijo el día 18 de Abril de 2012 a las 13:22:

Dice Libertad Digital: No podemos dejar de destacar el contraste que ofrece este malestar de muchos ciudadanos y medios de comunicación por la cacería de elefantes con la indiferencia y el silencio mantenido ante episodios en los que D. Juan Carlos ha descuidado su papel de manera más criticable que el que merecen sus aficiones cinegéticas. A pesar del balance globalmente positivo que ofrece su reinado, el Rey no siempre ha desempeñado con acierto y firmeza su papel de moderador y arbitro ante envites claramente rupturistas e inconstitucionales como los vividos con el plan Ibarretxe, con el estatuto catalán o con las negociaciones con ETA. No todo ha sido "ejemplar" en sus, a veces, amistades peligrosas y en el cuidado de sus relaciones familiares. Si, vosotros, Libertad Digital TAMPOCO INFORMÁIS DE LOS NEGOCIOS A BASE DE COMISIONES DEL REY, DE SU FORTUNA, DE SUS AMISTADES PELIGROSAS Y DE SUS AMIGUITAS QUE HAN DESTROZADO SU FAMILIA.

jamacuco dijo el día 18 de Abril de 2012 a las 12:56:

La conducta del Rey no ha sido ejemplar, ni mucho menos, pero no ha sido en absoluto delictiva. Si fuera por la gravedad de los hechos, a quien habria que pedir responsabilidades sería al anterior Gobierno.

Hein dijo el día 18 de Abril de 2012 a las 11:01:

Como en tantas otras ocasiones en que se juzgan los comportamientos y actitudes del monarca, LD establece el patrón de su vara de medir de acuerdo con las simpatías y antipatías propias de sus directivos, redactores y accionistas. La conducta de don Juan Carlos en el asunto de su cacería africana no es ejemplar por el simple hecho de que no tenía por qué serlo. En sus actividades y gustos personales, el Rey no tiene obligación de seguir el parecer, la afinidad o los gustos ajenos. Políticos muy próximos a la estrategia político-empresarial de LD tienen aficiones parecidas a las de don Juan Carlos y ni la más leve palabra de crítica a surgido de estas páginas para deplorar su falta de "ejemplaridad" en el trato a la fauna cinegética, asturiana pongamos por caso.
El uso de la situación de crisis económica por la que atraviesa España como motivo suficiente para afear las actividades privadas del Rey tampoco está justificado. El mundo en que vive la familia real está mucho más limitado que el del común de los ciudadanos por motivos de seguridad tanto policial como política . Es lógico, por tanto, que sus miembros se desenvuelvan en aquellos ámbitos elitistas en que se puedan compatibilizar la protección de la monarquía con sus actividades privadas, por lejanos que esos ámbitos se hallen de las posibilidades de ocio de los demás españoles. Además, hay que tener en cuenta que son precisamente esos ambientes donde la influencia del prestigio regio puede tener mayor efecto en bien de la economía y la influencia de nuestro país.
Y es precisamente para garantizar la eficacia de la institución, su papel arbitral y su simbolismo integrador, por lo que está en el interés de todos proteger a los integrantes de la Familia Real de la demagogia y de la crítica exacerbada. El Rey es un mortal como otro cualquiera y, como tal, con virtudes y defectos. Por fortuna para los españoles, después de siglos de poco afortunados ocupantes del trono - y no sólo del trono, sino de la Jefatura del Estado en toda clase de regímenes-, contamos hoy en ese lugar principal con alguien cuyas virtudes exceden a cualesquiera que se pudiera considerar el número sus defectos. Por eso el tratamiento de la figura de don Juan Carlos como si fuera sólo digna de comidillas de comadre y pujos de puritano está tan poco puesto en razón.

SUSTINE dijo el día 18 de Abril de 2012 a las 08:15:

Decía Ortega y Gasset y lo decía casi hace un siglo a propósito de la monarquía británica que esta "ejerce una función determinadísima y de alta eficacia: la de simbolizar". [La rebelión de las masas] y en el mismo ensayo también señalaba que nobleza es sinónimo de vida esforzada y de superación, en contraposición al hombre inerte y estático.

Yo celebro que el rey sea un esforzado, pero preferiría que su esfuerzo físico e intelectual simbolizara más la estampa de un monje estudioso,soldado y labriego que la de un vividor adinerado, y hubo un tiempo en que los reyes hispanos empuñaban tanto la espada como el arado.
La simbología que trasmite su conducta, cazador regalado y agiotista de los enredos del yerno no es otra que la de que la Monarquía vive al margen de su pueblo, hoy populacho si éste y sus gobernantes condescienden con estas actitudes.

La crisis, las penurias, los ajustes, los sacrificios y las incertezas son para el populacho y nuestros gobernantes, administradores de la pobreza,lejos de comprometer también a la jefatura del Estado la libran de la carrera de obstáculos en la que todos vivimos, dejando incluso de someterla a las normas de trasparencia de la cosa pública; y aprovechando cualquier efemérides pra regalarle cuan clac un infinito aplauso.

No es suficiente haber rebajado también el presupuesto de la real Casa, resulta de una fidelidad lacayuna y hedionda que mientras de los gobernantes se airea su patrimonio, del real jefe no podemos saber más que su asignación estatal, pero no su patrimonio y rentas de capital, que es lo importante.

Hasta hace poco se nos machacaba en que la Corona era la garantía de la UNIDAD de ESPAÑA, hoy como queda visto y con Autonomías en continua insumisión aquella ya no garantiza ni simboliza nada, aprovechando su debilidad para hostigarnos financiaramente hasta la antigua colonia argentina en modo tan infamante como si de una agresión o conflicto territorial se tratase.

Cuando alguien no puede ser removido en el cíclico plebiscito de unas elecciones su conducta ha de estar por encima del nivel de exigencia del resto de los mortales y responsables públicos.