Tiene toda la razón. Y somos muchos los que lo sabemos, los que deseamos poder disponer de las oportunidades, los que llevamos años trabajando más y mejor que otros pero vemos que el peloteo e hincarse de rodillas es lo que vale.
A ver si hacen caso de su editorial, pero me temo que no va a ser así.
Me lo dice la experiencia, madre de toda ciencia.
Moraleja.- o les echamos nosotros, o esto sigue yendo a peor.
Fantástico este editorial.
Estoy totalmente de acuerdo con el editorial. Se podría hacer un paralelismo con todos aquellos españoles que en el extranjero consiguen alcanzar sus metas profesionales; y no me estoy refiriendo únicamente a famosos investigadores, sino simplemente a un buen profesional español que se siente infravalorado allí donde trabaja y siente que no puede exprimir todo su potencial.
Que duda cabe que el intervencionismo asfixiante del Estado es una losa en mucho ámbitos pero, que cada palo aguante su vela, nuestros empresarios y directivos en general dejan mucho que desear. Directivos grises que no se han reciclado en la vida y después de bastantes años en la empresa no son más que un obstáculo para la mejora de la calidad y la productividad. Además, éstos se rodean de personas mediocres para que no salgan a la luz sus carencias, mientras que aquellos trabajadores brillantes ven desde la barrera semejante "mamoneo" con cara de idiotas.
Claro que si la empresa no tuviera que pagar al gris una burrada de indemnización, quizá se reciclaría o simplemente se iría a la calle por incompetente. Y aquí hemos topado de nuevo con el intervencionismo del Estado en la forma de un legislación laboral de corte fascista como la vigente en España.
El éxito del deporte español es el éxito del libre mercado y la libre competencia.
Con subvenciones, nunca los deportistas españoles habrían logrado tantos triunfos.