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La famosa reconversión

El llamado Estado de las autonomías no ha resuelto las graves cuestiones de convivencia. Es evidente que el nacionalismo que llamábamos moderado se ha convertido en abierto secesionismo. Por otra parte, está resultando carísimo; no lo podemos pagar.

loboe dijo el día 5 de Julio de 2012 a las 23:05:

Me alegro por la iniciativa y me adhiero a ella, aunque lamento que haya sido necesario, o que sea conveniente sumar adhesiones de este tipo, cuando las urnas ya lo han dicho y además, de forma clamorosa.

En realidad, las construcciones hay que empezarlas por los cimientos y el primer paso en dirección a resolver nuestros problemas, debería consistir en una pasada por la quilla a todo político cuyas primeras actuaciones una vez alcanzado el poder, consistan en traicionar sus promesas electorales y "per ende", a sus electores, y aquí solo caben dos interpretaciones: si las traicionó por imposibles, castigarlo por tonto y si es por cualquier otro motivo, castigarlo por traidor y embustero.

Así pues, empecemos por los cimientos y ya habrá tiempo de ocuparnos del resto.

Salu2.

Senex dijo el día 5 de Julio de 2012 a las 08:13:

Yo, Juan de Dios Hernández González, donnadie satisfecho de serlo, en tanto que me hace ser más libre, para lo que Dios, a su semejanza, nos hizo, me he adherido a la carta "Reconversión".
En la fe estoy corto, pero me alargo en la esperanza. Así que, la albergo en que esa iniciativa tenga éxito. Bien parece que saben sus promotores que ese logro -que implica huir de la tentación del "pasteleo" a lo ancho y largo del proceso- sólo se puede alcanzar superando la intervención política partidaria. De modo que, aparte los brindis al sol del consenso -que bien están como meros brindis- fijémonos en la llamada al pueblo soberano para que tome las riendas de su destino próximo.
Ayudaría, y mucho, que aquellos padres constituyentes que, sintiendo la llamada de Dios, o del sucedáneo que sea de su creencia, a los que el tiempo haya madurado, se acojan notoriamente a esta oportunidad de enmendar las imprevisiones y errores de su pasado. Y también que se abstuvieran -en la notoriedad- cualquier elemento de las altas ejecutivas partitocráticas actuales.
LD, D. Amando, gracias por la oportunidad.