D. Amando, yo diría que en este artículo aprovecha para llevar el agua del río a su molino -Reconversión-, que es también el mío; así que, por ahí, no hay crítica personal. Sin embargo, opino que la lucha contra los incendios forestales no es un caso de oposición entre gestión central y local, sino de colaboración. Sí estoy con Vd. en que, ahora, por celos autonomistas, la coordinación falle con frecuencia, especialmente en cuestiones de oportunidad y de medios. Como en tantas otras cosas, la madre del cordero está en las acciones para disciplinar, corregir y sancionar eficazmente, por razones de responsabilidad competencial, aún mayor cuanto más "exclusiva" sea ella (valga como aportación personal a la "nueva Constitución"), los comportamientos gubernativos de nuestras Autonomías o de cualquier ente regional que las sustituyere.
En cuanto a los remedios, tengo la sospecha que nuestras masas forestales, tal como ellas ahora son en especies, densidad, y estratificación, y tal como se gestionan, están obsoletas y no soportan sin grandes costes públicos -coyunturalmente impensables- los cambios que los desarrollos poblacional y económico han conllevado.
Atentamente.
¿Además de mejorar la limpieza preventiva de los montes y montar sistemas de vídeo vigilancia por doquier ¿No se puede legislar mucho más duramente contra los incendiarios? y en el caso de muerta de alguna persona ir penalmente a saco!!!
Entre las provincias de Burgos y Soria se concentran buena parte de los mayores pinares de la península ibérica, y nunca padecen incendios. No sé si será debido a que la población de toda esa comarca se beneficia económicamente de tales masa forestales.