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Cristina Losada

Chiutatans, el Podemos de derechas

Dicen que hay una ofensiva del PP contra Ciudadanos, pero si la hay es una ofensiva en la guerra de Gila.

Dicen que hay una ofensiva del PP contra Ciudadanos, pero si la hay es una ofensiva en la guerra de Gila.

Dicen que hay una ofensiva del PP contra Ciudadanos, pero si la hay es una ofensiva en la guerra de Gila. Consiste en nombrar a ese partido en catalán, o intentarlo, con resultados que ni en pidgin english. El otro día, Arcadi Espada escribió que le había oído a Carlos Floriano, portavoz del PP, llamarlo "Siutadans", "Siudatans" y hasta “Siutatans”, en sus tentativas por decir “Ciutadans”. A mí me pareció que las de Floriano eran más ches que eses, que es también tendencia de los duros de oído cuando intentan pronunciar la equis gallega, pero el caso es que el PP, con sus dificultades de pronunciación a cuestas, quiere hacer ver que Ciudadanos es un partido catalán y no español, y ello después de los repetidos esfuerzos de los nacionalistas catalanes por hacer ver que Ciutadans es un partido español y no catalán, lerrouxista para más señas.

Así las cosas, a la artillería políglota del PP se le ha unido una infantería conspiranoica que ve ahora en Ciudadanos una operación. ¡Una operación! Hombre, yo pensaba que Ciudadanos era una operación lanzada a cara descubierta por quince promotores que presentaron un manifiesto en junio de 2005, que eran, por si se ha olvidado, los señores y señoras Félix de Azúa, Albert Boadella, Francesc de Carreras, Arcadi Espada, Teresa Giménez Barbat, Ana Nuño, Félix Ovejero, Féliz Pérez Romera, Xavier Pericay, Ponç Puigdevall, José Vicente Rodríguez Mora, Ferran Toutain, Carlos Trías, Ivan Tubay y Horacio Vázquez-Rial.

Pero resulta que no, que Ciudadanos es una operación para que haya un Podemos de derechas en España, como si España no tuviera suficiente con un populismo desaforado y necesitara alguno más, que han gestado en secretos conciliábulos las empresas del Ibex 35 y, por qué no, el G-7, el Club Bilderberg, la Trilateral y la Pepsi-Cola, que no han de faltar en esas conspiraciones tan caras a los que hacen ver que están en la pomada. Hay que decir que también el PP, por boca de Alicia Sánchez Camacho, ha dado en llamar a Ciudadanos el "Podemos de derecha", con lo cual no sé si pretende denunciar o promover la operación.

Toda esta sarta de tonterías malintencionadas la ha provocado el hecho de que Ciudadanos se haya configurado como una fuerza notable, que es un hecho nada insólito para un partido que obtuvo un gran resultado en las europeas en toda España y que lleva ocho años de presencia en un parlamento como el de Cataluña. Y, sin duda, la ha espoleado el hecho de que una presentación de su programa económico en Madrid fuera exitosa y estimulante. Aunque no hay que llamarse tampoco a sorpresa: el debate político en España, a día de hoy, es así de cutre. ¿Cómo, si no, habrían podido prosperar los Iglesias y Monedero? En esta ofensiva contra C’s, que apenas merece más que unas risas, sólo hay algo realmente ofensivo: el intento de meterlo en el mismo saco político que Podemos, ese regüeldo totalitario.

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