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Agapito Maestre

La lección griega

Grecia es más que un país. Es una lección que no entra con facilidad en las molleras de los aguerridos periodistas españoles.

Grecia es más que un país. Es una lección que no entra con facilidad en las molleras de los aguerridos periodistas españoles. Tampoco los políticos asimilan la lección griega. ¿Cómo hacerles entender que la expulsión de Grecia de la UE implicaría el fracaso más grande de Alemania, el puñetero amo actual de la casa europea? No lo sé, pero les sugiero que no traten de estudiar directamente el asunto; es conveniente dar un pequeño rodeo espiritual. Siempre el camino del espíritu, de la inteligencia, procede por círculos y rodeos. Ir a la cosa directamente, en línea recta, es más propio de animales. El ser humano puede también desplazarse en zigzag. No siempre la recta es el camino más corto para el espíritu. Quizá la lección griega sólo sea comprensible para los partidarios de la expulsión de Grecia de la UE, digo yo, si se hace un curso previo sobre Alemania y la codicia de los gobernantes teutones. Sí, sí, la cosa viene de lejos, y si no que pregunten, o consulten la amplia bibliografía sobre el particular, a los historiadores de Carlos V y sus relaciones con los banqueros alemanes de la época. Ya recuerdan. Ya saben de lo que hablo. Ya podrían hacer sus propias conjeturas. La historia es sabia. Abre el camino a la reflexión sobre la codicia de los banqueros del norte de Europa…

Esa gente septentrional ha desarrollado tales habilidades, a lo largo de los siglos, en cuestión de préstamos bancarios que la codicia para ellos ya se ha hecho virtud. Y es que, se pongan como se pongan los muchachotes de la prensa gritando contra Grecia, los préstamos alemanes a los griegos de hoy, como ayer a los españoles de Carlos V, iban acompañados de unas condiciones económicas tan terribles que convertían a Grecia en un país de esclavos. Al final, como Hegel, el otro alemán, nos enseñó, tenía que mostrarse con toda su crudeza la dialéctica del amo y el esclavo. He ahí la clave filosófica para comprender la cosa. No renuncien, amigos, a la filosofía, porque ella siempre acaba vengándose de quienes la desprecian… Pue eso, es la lucha por el reconocimiento, en la que se ubica la famosa dialéctica entre el amo y el esclavo, la mejor manera de entender qué pasa con Grecia y Alemania. No es una cuestión entre Europa y Grecia, sino entre Alemania y Grecia. Es una lucha entre dos filosofías. Dos formas de vida. Es una lucha por el reconocimiento entre el amo y el esclavo. Es, sin duda alguna, una lucha a muerte, que solo se interrumpirá cuando uno de los adversarios consienta en reconocer al otro sin ser reconocido por él. Se someterá uno, se convertirá en esclavo porque preferirá la vida a la libertad, mientras que el que deviene su amo no temerá a la muerte.

Pero, cuidado, con el comportamiento del amo que olvida su papel de hombre y se envilece en el mero goce, porque el esclavo puede liberarse por el camino del trabajo…, incluido el trabajo político, es decir, los griegos comenzaron su liberación el domingo pasado con un referéndum, o mejor, un plebiscito, que le dijo no a Europa… Ya sé, ya sé que ese tipo de consultas pueden estar muy manipuladas, pero, hombre, alguna legitimidad le concederán, entre otras razones, porque toda la derecha griega y todos los países de la UE apostaron por el sí y salió el no. En fin, al día de hoy, Grecia tiene dos héroes: Varoufakis a la izquierda y Antonis Samarás en la derecha. El primero dimitió por orgullo: "Llevaré con orgullo el odio de los acreedores", y el segundo por honradez, sí, se marchó porque su opción fue derrotada con estrépito. ¿Dónde están los héroes alemanes?

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